La segunda parte sorprende por su capacidad autoreflexiva y metanarrativa, ya que su creador Will Gluck tomo nota de las críticas a la anterior película, a pesar de que fue todo un éxito comercial del cine familiar, y hace ahora apuntes y correcciones sobre ellas llenas de ironía. En general se dijo que había diseñado un conejo mucho más travieso y malvado que el concebido por la autora del cuento, Beatrix Potter, en el año 1902. Por eso traslada al personaje las consecuencias sicológicas del cambio de carácter que le había imprimido, sumiéndolo en una profunda crisis de identidad. El alter ego de la escritora encarnado por Rose Byrne traslada los dibujos del conejo a un libro de ilustraciones millonario en ventas, por lo que la fama confunde al animal, que quiere seguir esquilmando huertas en lugar de convertirse en una mascota. Ella llega a decir que no quiere que Peter acabe protagonizando una gran producción de Hollywood.

En lo ambiental ‘A la fuga’ (2021) traslada las localizaciones campestres al asfalto de la gran ciudad, con el consiguiente impacto, que se hace muy perceptible gracias al dominio de la técnica mixta de imagen real y animación con actores de doblaje.