Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

La vida que gira alrededor de una canción

Estado francés-Bélgica. 2021. 124’ Tit. Orig.: ‘En attendant Bojangles’. Dtor.: Régis Roinsard. Guion: Régis Roinsard y Romain Compingt, sobre una novela de Olivier Bourdeaut. Prod.: Olivier Delbosc y Jean-Pierre Guérin. Int.: Romain Duris, Virginie Efira.

Virginie Efira y Romain Duris bailan juntos la canción del título.
Virginie Efira y Romain Duris bailan juntos la canción del título. (NAIZ)

La canción ‘Mister Bojangles’, que en la película suena en la conocida versión de Nina Simone, fue compuesta por el cantante de country Jerry Jeff Winter, y ha sido grabada por cantidad de artistas, aunque inicialmente fue popularizada por la Nitty Gritty Dirt Band. La cuestión es que sirvió de leit motiv e inspiración para la primera novela de Olivier Bourdeaut, que ahora el cineasta Régis Roinsard ha adaptado para la gran pantalla.

Desde su ópera prima ‘Populaire’ (2012), ambientada en los viejos concursos de mecanografía, siempre ha buscado atmósferas retro que resultasen originales o diferentes, algo que también se deja sentir en ‘Los traductores’ (2019), un thriller de suspense y misterio que quería salirse de lo corriente y sorprender al público.

Con ‘Esperando a Mister Bojangles’ (2021) da un paso más en esa dirección, pero con el riesgo de parecerse a otros cineastas más personales como Wes Anderson o Jean-Pierre Jeunet. Sin embargo, el texto, por muy imaginativo y ensoñador que sea, no es fácil de traducir a imágenes, debido a que está narrado en primera persona desde el punto de vista del hijo de un excéntrico matrimonio, con insertos de las memorias del progenitor. Esto quiere decir que se entremezclan la idealizadora mirada infantil con el tono amargo de un hombre desengañado que trata por todos los medios de generar un entorno de evasión para huir de la realidad más oscura, como si la vida fuera una sucesión de divertidas fiestas y momentos delirantes.

En el reparto destaca el actor de moda Grégory Gadebois, que interpreta al mejor amigo de la pareja, al que llaman El Senador. Por su parte Virginie Efira y Romain Duris forman la eterna pareja de baile que cada día se deja seducir por su canción favorita, sin poder evitar que la bipolaridad de ella les haga caer en fases depresivas y una defensa vitalista de la antisiquiatría.