Maite Ubiria
Aktualitateko erredaktorea, Ipar Euskal Herrian espezializatua / redactora de actualidad, especializada en Ipar Euskal Herria

Campaña con tres bloques y otras realidades que resuenan pese a la sordina de París

El Estado francés vivirá hasta el 10 de junio bajo las reglas de una campaña electoral que desembocará en la primera vuelta de las elecciones legislativas. Mirada a una liza inédita entre tres bloques, con nuevas alianzas y realidades territoriales que prometen marcar la diferencia.

Elisabeth Borne, de campaña en Calvados, se juega en la elección su continuidad como primera ministra.
Elisabeth Borne, de campaña en Calvados, se juega en la elección su continuidad como primera ministra. (Jan-François MONIER | AFP)

La campaña de las legislativas arrancó de facto al día siguiente de que Emmanuel Macron renovara, el 24 de abril, su mandato para seguir otros cinco años en el Elíseo.

Sin embargo, será entre este lunes 30 de mayo y el 10 de junio cuando queden activados oficialmente todos los resortes de la propaganda electoral.

Desde el viernes votan ya, no sin algunas dificultades ligadas al sistema informático, los franceses que residen en el extranjero. Esas once circunscripciones, de las 577 en juego en el conjunto del Hexágono, no suelen acaparar demasiada atención.

Sin embargo, en esta ocasión, el hecho de que se haya presentado una candidatura vasco-catalana en la quinta circunscripción de franceses en el extranjero, encabezada por la baionarra Garbiñe Eraso, que tendrá en frente al ex primer ministro Manuel Valls, hace que las miradas se detengan también en esa exótica circunscripción.

Globalmente esta campaña a las legislativas estará marcada por un inédito duelo entre tres bloques. En 2017 el recién creado movimiento de Emmanuel Macron prácticamente no tuvo contrincante, a excepción de la abstención, que alcanzó en la primera vuelta el 47,7%.

En 2017 el movimiento de Macron no tuvo contrincante en la primera vuelta de las legislativas, a excepción de la abstención, que se acercó al 50%

En la votación eliminatoria del próximo 12 de junio el macronismo, que para curarse en salud en esta ocasión va en pacto con el centro desde la primera vuelta, tendrá enfrente a un emergente bloque de izquierda, de una parte, y a la ultraderecha de otra.

Ello conforma una competición entre tres espacios que ya anticipó el buen resultado de Jean-Luc Mélenchon en el primer turno de la elección presidencial y también la subida en porcentaje y votos que registró Marine Le Pen.

Una triangulación que ha llevado a Mélenchon, el líder de La Francia Insumisa, a dibujar en el aire una victoria de la Nueva Unidad Popular Ecologista y Social (Nupes) que obligaría a Macron a aceptar una cohabitación con él como primer ministro.

Una alta abstención afectaría a la regla del 12,5%

De momento, los sondeos previos al arranque de campaña no dan grandes certezas, más allá de dar por descontada una alta abstención, ya que uno de cada dos votantes asegura que no sabe si responderá a la llamada de las urnas.

La abstención puede ser decisiva el 12 de junio, ya que ese porcentaje afecta directamente a las opciones de los candidatos de mantenerse con vistas a la segunda vuelta.

Según la ley electoral, el aspirante debe lograr al menos el voto de un 12,5% de las personas inscritas como electores en su circunscripción de referencia para pasar a la manga final.

La alta abstención ya se tradujo en 2017 en la situación excepcional de que solo hubiera una liza triangular en la segunda vuelta.

Un primer factor, el de la baja participación, que todas las encuestas, sin excepción, dan por hecho. Y contra el que tratarán de conjurarse hasta el 10 de junio los candidatos que aspiran a sentarse en la Asamblea Nacional francesa.

Jean-Luc Melénchon, junto a otros líderes de la coalición Nupes, la pasada semana en París.

Izquierda de salida, derecha de llegada

Por lo que respecta precisamente a la configuración de ese hemiciclo, los sondeos dibujan dos escenarios diferentes en primera y segunda vuelta.

Así, cara a la primera vuelta las encuestas registran un empate técnico entre los de Macron y los de Mélenchon, y en algunos casos dan una victoria provisional al bloque de la izquierda.

El sondeo Cluster 17 publicado el 27 de mayo destaca que un 30% de los encuestados declara su preferencia por un candidato del bloque de izquierda, integrado por La Francia Insumisa, el Partido Socialista, el Partido Comunista y Europa Ecología-Los Verdes, mientras que un 26% investiría a un aspirante de la mayoría presidencial y un 19% a un candidato de Le Pen. Muy por detrás, un 6% de los encuestados apostaría por un candidato de Los Republicanos (LR).

Los tres espacios quedan dibujados cara al 12J pero el sistema uninominal, mayoritario a doble vuelta, obliga a alargar más la vista. Y a no descartar imprevistos.

La Nupes que lidera Melénchon confía en que el «enfado y pesimismo» por la inflación y pérdida de poder adquistivo ejercerán de reserva de voto a su favor

Ello obliga a detenerse en la llamada reserva de voto. La Nupes cree que la victoria «sin legitimación clara» lograda por Macron el 24 de abril y el «enfado y pesimismo» que revelan los sondeos por el escenario de inflación y la crisis del poder adquisitivo ejercerán de reserva de voto y le otorgarán la victoria definitiva el 19 de junio.

Un cálculo difícil de traducir a 577 circunscripciones, con realidades y variables que diferencian, pese a todo, a la elección legislativa de la recién celebrada presidencial.

A modo de recordatorio, la candidata al Elíseo de la extrema derecha, Marine Le Pen, llegó primera en más de 200 circunscripciones en la primera vuelta de la presidencial de hace cinco años. Y luego su partido se hizo solo con 9 escaños en las elecciones legislativas.

El campo liberal cuenta con que un «voto de orden» frente a la «inestabilidad» que achaca a la nueva alianza de izquierda se imponga en la liza final.

De manera previa deberá afrontar el contratiempo de que, pese a no disponer de medios de comunicación y sobre todo de tribunas de opinión tan importantes como el macronismo, la unión de la izquierda hexagonal haya logrado, y no es poco, fijar el foco del debate en la agenda social con propuestas como la edad de jubilación a los 60 años, aunque con 40 años de cotización, o el sueldo mileurista para la emancipación de los jóvenes.

Para la Nupes, la campaña será clave de cara a desmentir las proyecciones que hablan de una victoria clara del macronismo en la segunda vuelta.

Sin ir más lejos, el último sondeo previo al arranque oficial de la campaña, el de Opinion Way para ‘Les Echos’, da una victoria holgada a Ensemble!, la alianza de LREM (ahora Renaissance), Modem (centro) y Horizontes (minipartido del exprimer ministro Edouard Philippe) que obtendría entre 295 y 335 escaños (la mayoría absoluta se sitúa en 285), mientras que la Nupes sería la primera fuerza de la oposición con una bancada más que importante, compuesta de entre 155 y 185 escaños.

LR pasaría de sus 100 escaños actuales a ocupar entre 50 y 70, y RN lograría entre 14 y 34.

Los institutos electorales advierten, no obstante, de la dificultad de afinar en los pronósticos, a la vista de las muchas variantes locales que afloran en este tipo de comicios.

Un acto de presentación de la candidatura encabezada por Peio Dufau, en Kanbo.

La política de «kilómetro 0»

Ciertamente, la variable del liderazgo cercano, del anclaje local y de la agenda «kilómetro 0» pueden contar lo suyo en esta campaña, por más que desde París se ponga sordina a esas «otras» candidaturas, y particularmente a las que en el registro oficial se identifican como «regionalistas».

Sobre un total de 32 candidatos inscritos en la Prefectura de Pirineos Atlánticos para los tres distritos –cuarto, quinto y sexto– en que votan los electores vascos, ese factor diferencial obliga a mirar a Euskal Herria Bai.

En 2017 EH Bai llegó como tercera fuerza, sumó más de 12.600 sufragios y se plantó en la barrera del 10% con un resultado muy destacable para Peio Etxeberri-Aintzart en la sexta circunscripción, que engloba al sur de Lapurdi y a Biarritz.

Peio Dufau, sindicalista de la CGT, encabeza la lista de EH Bai por la VI circunscripción, que engloba al sur de Lapurdi y Biarritz

Como cabeza de cartel de ese distrito ha puesto EH Bai para esa nueva liza al sindicalista de la CGT Peio Dufau, uno de los referentes de la candidatura amplia, con abertzales, socialistas y ecologistas, que arrebató la alcaldía de Ziburu a la derecha en 2020. Toda una carta de presentación para una plancha que completan Egoitz Urrutikoetxea (cuarta circunscripción, la vasco-bearnesa) y Mathilde Hary (quinta circunscripción, que incluye a Baiona y Angelu).

Un impulso desde lo local que, sumado a otro empujón en las departamentales, permitió a EH Bai convertirse en referencia insoslayable y elemento tractor para hacer posible la alternativa.

Las legislativas, por más que sean una elección lejana, son vistas desde el movimiento abertzale y de izquierda como una oportunidad de ganar capacidad de influencia, también en París, de articular nuevos espacios, en Euskal Herria y de la mano de agentes aliados en otras naciones, y, gracias a ello, fortalecer una visión propia de entender la política y el país.