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Prohibido meter la pata en Girona para Saski Baskonia si quiere estar en la Copa

Dusko Ivanovic demandaba mayor «energía» tras la derrota frente a Armani Milano, porque Bàsquet Girona es un adversario directo en la pelea por meterse entre los ocho primeros al final de la primera vuelta. Bilbao Basket visita al colista Zunder Palencia en pos de un triunfo que le dé tranquilidad.

Markus Howard, en el duelo de la pasada temporada ante Bàsquet Girona en Gasteiz.
Markus Howard, en el duelo de la pasada temporada ante Bàsquet Girona en Gasteiz. (Jaizki FONTANEDA | FOKU)

Si perder en la Euroliga ante un Armani Milano repleto de ausencias en el Mediolanum Forum fue una inocentada de muy mal gusto para Saski Baskonia, la posibilidad de hacer lo propio en la cancha de Bàsquet Girona cuando todavía no ha certificado su presencia en la Copa sería una inocentada al cubo.

«Nos ha faltado energía y estar metidos en el partido desde el principio», se quejó Dusko Ivanovic tras caer en Milán, en un duelo en el que los gasteiztarras, en parte por demérito ajeno, solo reaccionaron cuando se vieron con 24 puntos de desventaja. «No puede volver a pasarnos», sentenció el de Bijelo Polje, en referencia al duelo que los gasteiztarras juegan este sábado en el Pavelló Fontajau a partir de las 20.45.

Con un balance de 8-7 y un +12 en el basket average general, los de Dusko Ivanovic ocupan la octava plaza de la Liga ACB, pero la pelea por colarse en ese Top 8 es encarnizada, ahora que restan dos jornadas para terminar la primera vuelta. El propio Bàsquet Girona, pese a llevar una trayectoria de más a menos, sigue siendo una amenaza real para los alaveses, ya que suman una victoria menos, aunque tenga un average general de -58.

No solo pelean estos dos equipos por la octava plaza. Lenovo Tenerife, con un partido más, suma ocho victorias, igual que el Joventut y Manresa –rivales directos en esta decimosexta jornada– y, por si las moscas, ni UCAM Murcia ni Gran Canaria pueden dormirse pese a sumar nueve triunfos.

Saski Baskonia, además, cierra la primera vuelta el domingo 7 de enero en casa, pero ante todo un Real Madrid, un partidazo para cerrar una semana de locos en el que estrenarán el año 2024 el día 3 en casa frente a Panathinaikos para jugar en el Palau Blaugrana el 5 de enero. No hace falta incidir en que el propio Real Madrid también puede notar la acumulación de esfuerzos, pero por un lado, la plantilla merengue es mucho más amplia y además, su primera plaza así en Europa como en la competición doméstica les resta cualquier clase de presión de cara a estas fechas.

Dudando hacia dónde mirar

Surne Bilbao Basket, por su parte, cortó su racha de derrotas en casa al batir el pasado fin de semana a Bàsquet Girona en Miribilla. Sobre el papel, este sábado a las 18.00 tienen una oportunidad pintiparada para seguir sumando triunfos, ya que juegan en la cancha del colista Zunder Palencia, un equipo que firma un balance de 1-14 y que ni con el cambio de entrenador, con Luis Guil sustituyendo a Marco Justo, parece haber dado aún con la tecla.

Si Jaume Ponsarnau y compañía logran hacer valer lo que dice la tabla clasificatoria, podrán sumar un séptimo triunfo que pondría al cuadro bilbaino mirando más hacia la octava posición que a la penúltima. Cierto es que los hombres de negro están sufriendo sobremanera cuando enlazan partidos de la FIBA Eurocup y la Liga ACB, de forma que estas semanas sin competición continental pueden resultar claves para abrir una brecha respecto de la parte baja de la tabla y así adquirir una calma que durante varias jornadas, ha brillado por su ausencia, al menos en el entorno del cuadro bilbaino.

En la Liga ACB no hay ningún enfrentamiento previo entre ambos equipos, pero en la LEB Oro sí se vieron la caras en el curso 2018/19, el único año fuera de la Liga ACB de los bilbaínos desde su ascenso en 2004.

Entonces se midieron en un cruce de cuartos de final que llegó a un quinto partido en Miribilla que decidió la eliminatoria a favor de los locales. Esa temporada el Bilbao Basket acabó ascendiendo a la ACB tras ganar la Final a Cuatro que se jugó también en el Bilbao Arena.