La crisis de ‘La Repubblica’ es la crisis de la izquierda italiana
El histórico periódico fundado hace medio siglo está tensionado por el intento de venta por parte del propietario, el grupo Exor. El favorito para asumir este medio de comunicación muy cercano a las ideas del Partido Democrático es un empresario griego con tendencias derechistas.

En ‘La Repubblica’ pensaban celebrar su 50 cumpleaños de otra manera; festejar medio siglo de vida de uno de los periódicos italianos mas influyentes por todo lo alto.
Nada de eso; el día a día ahora habla de ventas, despedidas e incluso un cambio de propiedad y de línea política, un sacrilegio para el que es considerado como el medio de comunicación más decisivo en el panorama de la izquierda del país transalpino.
¿‘La Repubblica’ gira acaso hacia la derecha? No puede ser. Y sin embargo, el dueño de este grupo editorial, el multimillonario John Elkann (propietario también entre otros de la Fiat y del equipo de fútbol de la Juventus) parece tener muy encarrilada la venta.
El cambio de patrón no sería un problema en sí... si no fuera porque el beneficiado puede ser un emprendedor griego, Theodore Kyriakou, jefe de filas del grupo Antenna, gran amigo de cierta derecha con tendencias trumpistas.
Esto sería el colmo para un periódico como ‘La Repubblica’, donde se refleja por otro lado la enésima crisis de la izquierda italiana.
‘Rep’, un ‘partido’ oculto
Como dicho, ‘La Repubblica’ va a cumplir 50 años en 2026. Sin ninguna duda su nacimiento en 1976 fue un punto de inflexión en el mundo editorial, el producto de un largo proceso cultural, político y económico, impulsado sobre todo por un personaje: Eugenio Scalfari. Periodista de formación económica, exparlamentario socialdemócrata, había fundado en 1955 y dirigido ya el semanal ‘L'Espresso’, que con sus investigaciones y su presencia gráfica impactante había revelado grandes escándalos, entre otros los intentos de golpe de Estado en Italia y los entresijos de la matanza de Piazza Fontana.
Ocurre que ‘L'Espresso’ se publicaba una vez a la semana y Scalfari pensaba más en un diario, en una época complicada como la década de los 70, marcada por los enfrentamientos sangrientos entre derecha e izquierda, la crisis de la Democrazia Cristiana y el ascenso prodigioso del Partido Comunista. Scalfari simpatizaba con el PCI, pero soñaba con una izquierda más europea y menos conectada con la vetusta Unión Soviética. Hacer un ‘Espresso’ día a día era su idea, convertida en realidad el 14 de enero de 1976, cuando empezó la aventura de ‘La Repubblica’, un periódico cuyo nombre derivaba del homónimo medio de comunicación portugués, nacido con la vuelta a la democracia.
Fundador y director, con su larga barba digna de un santón, Scalfari se erigió casi de inmediato en líder oculto de la izquierda italiana, con su línea política reformadora y laica. El Partido Comunista ya tenía su galaxia de ‘órganos oficiales’, como ‘L'Unitá’ y ‘Paese Sera’ o el semanal ‘Rinascita’, pero todos daban la idea de algo bastante polvoriento o fuera de moda, desde el aparato y solo para ‘fieles’.
Su impacto inicial fue enorme, por la línea propia y una plantilla de periodista sinceramente estelar, Italo Calvino incluido
Casi de inmediato ‘Rep’ (el mote del periódico) se transformaría en una especie de partido independiente del PCI, queriendo marcar línea propia. Con una plantilla de periodistas sinceramente estelar, de Camilla Cederna a Giorgio Bocca, de Enzo Biagi a Natalia Aspesi, Giampaolo Pansa y Gianni Brera, con colaboradores como el anticonformista Alberto Arbasino o el inmenso Italo Calvino, amigo de infancia del mismo Scalfari... Lo mejor de lo mejor para cada ámbito, del análisis parlamentario al deporte, de la crítica cultural a la economía.
El formato también era innovador, más pequeño que las ‘sábanas’ al uso del resto. ‘La Repubblica’ era, y es todavía, un tabloide fácil de leer, pero con artículos de gran calidad, siempre al día y con la mayor diferencia respecto a lo que era el gran acorazado de aquel tiempo, el conservador ‘Corriere della Sera’: estaba hecho en Roma, cerca del Poder, mientras que el milanesísimo ‘CdS’ representaba más a la gran burguesía industrial del norte.
Así que el éxito fue inmediato, llegando a adelantar al ‘Corriere’ en cuanto a copias vendidas (unas 750.000 cada día) durante la década de los 80. Varios elementos fueron la clave de este espectacular sorpaso: la notoriedad ganada durante el secuestro de Aldo Moro por las Brigadas Rojas, con el presidente de la Democrazia Cristiana enseñando una copia de ‘Rep’ en sus manos.

Junto a ello, la búsqueda casi obsesiva del ‘enemigo’ al que atacar en artículos o investigaciones. En los Ochenta sería Bettino Craxi, primer ministro socialista, y luego inevitablemente Silvio Berlusconi, el personaje ideal para poner en la diana. No solamente porque se colocaba a la derecha, sino también, o sobre todo, porque había intentado comprar ‘L'Espresso’ cuando era un simple editor.
Cambia la izquierda, cambia el periódico
Hasta 1996 Scalfari fue el director, casi ‘sumo sacerdote’, antes de dejar el mando a su delfín, Ezio Mauro. ‘Barbapapá’, como siempre se apodó a Scalfari, quedaría como editorialista, publicando cada domingo un larguísimo artículo de dos páginas, una especie de homilía desde su altar, donde ponía termómetro a la situación política, con un tono muy personal. En los últimos tiempos, antes de fallecer en 2022 con sus 98 años, a pesar de mantenerse agnóstico se había casi convertido al catolicismo, con un especial cariño hacia el Papa Francisco, al que llegó a entrevistar. Sea como fuere, un gigante del periodismo italiano.
Su criatura, ‘La Repubblica’, mientras tanto había cambiado mucho. Nacida casi como un barco pirata, ahora era parte del establishment: el grupo editorial había crecido de manera espectacular, creando su página web, comprando radios (Radio Deejay y Radio Capital son las mayores), nuevos semanales al lado de ‘L'Espresso’ y manteniéndose siempre fiel a su imagen de medio casi oficial de la izquierda del Belpaese.
Los vaivenes en la izquierda italiana, con almas muy variadas, ha condicionado su evolución e influido en el desplome en ventas
Pequeño problema, o igual dos. El primero, la misma sinistra italiana ha cambiado mucho, oscilando de una línea política a otra: se han alternado tantos líderes distintos desde el desaparecido PCI, para llegar al actual Partido Democrático, que no solamente los electores han entrado en crisis, sino también ‘La Repubblica’. Las almas de la izquierda son varias y variadas: se han visto herederos del Partido Comunista (Veltroni, D'Alema, Bersani), democristianos católicos (Prodi, el único que ha sabido derrotar a Berlusconi en unas elecciones), exradicales (Rutelli) e innovadores con muy poca pinta de izquierda (Renzi), y ahora mismo una joven secretaria crecida en los ‘movimientos anti-todo’, Elly Schlein.
‘La Repubblica’ ha tenido que apoyar una idea de izquierda que a veces no ha correspondido con la de gobierno. En este sentido se ha mantenido independiente, como si fuera otro partido con respecto al PD. Hoy día sigue muy de cerca la causa palestina y al mismo tiempo la ucraniana, intentando mantener un complicado equilibrio con el atlantismo pero siendo a la vez anti-Trump y a favor de la Unión Europea tal y como es, sin ningún sentido crítico.
En general los ‘incendiarios’ de antes se han convertido un poco en ‘bomberos apagafuegos’. Los lectores que quieran leer algo más radical e incluso impertinente han encontrado un refugio en ‘Il Fatto Quotidiano’, por ejemplo, un periódico casi de bolsillo (24 paginas) cuya referencia es el Movimiento Cinco Estrellas, teóricamente el máximo aliado del Partido Democrático. Un partido, los Cinco Estrellas, que Scalfari detestaba hasta el punto de decir: «Antes que votarles elijo a Berlusconi».

En un contexto en que todos los periódicos y semanarios han perdido miles y miles de copias, la sangría ha afectado sobre todo a ‘Rep’, que en estos últimos años ha bajado ventas casi en vertical, y ahora según los medios de relevación no llega a las 80.000 copias, casi doblado por el ‘Corriere della Sera’.
En este hundimiento, como en los equipos de fútbol, y aquí llegamos al segundo problemón, han tenido un peso relevante los continuos cambios de director, cuatro en los últimos nueve años, en algún caso colocando a periodistas opuestos entre ellos, del izquierdista moderado Carlo Verdelli al sionista Maurizio Molinari, cuya despedida fue celebrada después de varias mociones de desconfianza por parte de la redacción. Ahora el director es el experimentado Mario Orfeo, ex peso pesado de la RAI, la televisión pública.
Cartel: «Se vende»
Cambios debidos también a las revoluciones en la propiedad. ‘La Repubblica’, con todos sus otros productos editoriales desde 2020, es parte de la galaxia Exor, una entidad financiera que tiene intereses de todo tipo, de la medicina a la transición verde pasando por la Inteligencia Artificial, cosas por lo visto más rentables.
Exor se encontró con este ‘paquete’ y empezó a desmantelarlo, pieza tras pieza, como ya había hecho con otro periódico del grupo, ‘La Stampa’ de Turín: fuera primero los periódicos locales del grupo, vendido luego ‘L'Espresso’ y ahora parece que le toca a la joya de la corona, a ‘Rep’.
Kyriakou es todo menos una persona de izquierdas; su interés serían realmente las radios, que generan más ingresos que el papel
El plan de venta parece encarrillado, cortando a parte de la plantilla (280 trabajadores) y sobre todo dejando un medio de comunicación así en las manos del griego Kyriakou, todo menos que una persona de izquierdas. Moviliza capital saudí y está interesada, según los últimos rumores, en adquirir el grupo realmente por las radios, que generan muchos más ingresos que los periódicos.
En pocas palabras, una pieza histórica del periodismo y de la sociedad italiana convertida en un producto financiero, para hacer cuadrar las cuentas de algo más grande, como es Exor, que según varios rumores está intentando buscar socios para liquidar parte del equipo de fútbol de la Juventus, después de haber ya hecho lo mismo con la Fiat.
Memorable en este sentido la visita del jefe de Exor, John Elkann (sobrino de Gianni Agnelli, el mítico ‘Avvocato’, jefe de fila de la industria italiana del siglo XX), al Estudio Oval de la Casa Blanca durante el último Mundial de Clubes con los jugadores de la Juventus, para saludar a Donald Trump, con los futbolistas intentando no estallar en risas.
¿La solución? Manifestarse en las calles intentando buscar unas alternativas, quizás italianas. Aunque, ¿quién podría tomar el relevo al frente de ‘La Repubblica’? Los gritos se dirigen también hacia el gobierno, y a la última ‘enemiga’ de “Rep”, Giorgia Meloni, que se estará frotando las manos viendo la situación. La última paradoja de una historia de éxito.

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