‘La mente en blanco’ pone el foco en las personas adultas dentro del espectro autista
«Los autistas también nos hacemos adultos», apunta con ironía Marco Navas, un escultor miniaturista con Aspergeren, en conversación con Miguel Gallardo, padre de una joven con autismo. Lo hace en ‘La mente en blanco’, el documental de Juan Cruz (‘Tapas’) que Filmin estrena este 3 de octubre.
You have run out of clicks
Filmin estrena este 3 de octubre ‘La mente en blanco’, un documental de factura simple –dos personajes en conversación, uno frente al otro–, pero extremadamente interesante, porque pone el foco en una cuestión sobre la que se suele pasar habitualmente de puntillas: la vida de las personas adultas que están dentro del espectro autista.
El documental de Juan Cruz, codirector de ‘Tapas’ (Goya a Mejor Dirección Novel en 2010) llega ahora a la plataforma de streaming catalana tras su première en el BCN Film Fest. Rodado en 2016, nació como parte del material de investigación para un largometraje de ficción cuyo protagonista iba a ser un adolescente con autismo.
En ese proceso, Cruz contó con el asesoramiento de Miguel Gallardo, el conocido ilustrador e historietista, creador del mítico personaje ‘Makoki’ –el quinqui que se había escapado de un psiquiátrico en plena sesión de electrochoque– y quien aportó su experiencia personal vinculada al autismo a través de su hija María. Sobre ella dibujó el cómic autobiográfico ‘María y yo’ (Ed. Astiberri, editado también en euskara) y su segunda parte, ‘María cumple 20 años’ (también en Astiberri y también con versión en euskara), en el que muestra con calidez y admiración su forma de ver el mundo y corrige muchos tópicos sobre los niños dentro del espectro autista. El cómic fue adaptado por Félix Fernández de Castro en la película homónima nominada al Goya al Mejor Documental en 2010.

De la colaboración entre Gallardo y Cruz surgió, además, una amistad que marcaría la trayectoria del proyecto. La película de ficción nunca llegó a materializarse y, tras el fallecimiento de Gallardo en febrero de 2022, Cruz decidió dar forma a las grabaciones en clave documental. ‘La mente en blanco’ se convierte así en un homenaje a su figura: «Fue crucial en el underground de este país, en el mundo del cómic, de la ilustración y la novela gráfica, y en la entrega más generosa hacia los demás», señala el director.
Como explica el director, siempre se pone mucho énfasis en los niños con autismo, pero se habla poco sobre qué ocurre con los adultos: «Hay personas muy dependientes, y otras que aprenden a mimetizarse para, en la medida de lo posible, pasar desapercibidas».
Lo interesante de ‘La mente en blanco’ es que coloca a un padre, Miguel Gallardo, en conversación con Marco Navas, un escultor miniaturista asturiano diagnosticado con Asperger –«aspe», como lo llama él mismo–, que es quien da las claves reales de lo que es vivir en el espectro autista, de lo que es pensar y sentir de otra forma, diferente a la neurotípicas.
Y la escucha resulta de lo más instructiva, porque Navas le da claves también a Gallardo sobre la actitud de su hija María, con autismo digamos ‘clásico’. Hablan de sexo, porque, como dice Gallardo, «el sexo, en el mundo de la discapacidad y en el autismo, es un tema tabú. Es como decir que voy a obviar que tiene pies. María tiene 21 años, tiene hormonas. Hay que prestarle ayuda, porque ¿cómo puedo guiar a mi hijo por el camino del sexo?».
Navas, que vive en pareja, explica que «la mayor parte de los estudios están hechos con niños, y en base a todos los tópicos».

Hablan también de la necesidad de silencio, de orden, de tener definidas sus rutinas (o a veces de no tenerlas), de su gran capacidad de aprendizaje y adaptación, de la importancia de la música, de sus tiempos... o de cómo abordan su día a día y de cómo muchos logran mimetizarse con el tiempo «como si hubieran vuelto a sus planetas de origen».
El título del documental evidencia una realidad esencial: mientras las personas neurotípicas pueden abstraerse y «poner la mente en blanco», para quienes están en el espectro autista esto es muy difícil. Marco Navas lo explica con una metáfora sencilla: «La mente del autista es una habitación llena de cosas, repleta, desbordante de cosas, lo contrario a la imagen que proyectamos. Lo que nosotros hacemos es acumular información para comprender mejor el mundo que nos rodea. Es imposible dejar nuestra mente en blanco, yo no tengo esa capacidad».
Hablan también de las estereotipias, los movimientos sincopados que tienen los autistas –aleteos, movimientos corporales repetitivos...–. «Hay denominador común en todo el trasfondo que es la ansiedad –explica Navas–. La estereotipia es una forma de aislarse y, por eso poco lógico, incluso temerario, cortarte la forma en la que estás intentando retomar el control de tí mismo».