NAIZ

Los fósiles de un uro y un rinoceronte ayudan a entender la desertificación del Sahara

El hallazgo en el yacimiento de Oued el Haï, al noreste de Marruecos, de los fósiles de un uro y un rinoceronte blanco, que vivieron hace entre 57.000 y 100.000 años, permiten conocer con más exactitud los cambios climáticos que provocaron la desertificación que el norte de África.

Imagen frontal del cráneo de Ceratotherium Simum. (Jan van der Made)
Imagen frontal del cráneo de Ceratotherium Simum. (Jan van der Made)

Los fósiles de un uro, Bos primigenius, y un rinoceronte blanco, Ceratotherium simum, encontrados en unos yacimientos en Marruecos han permitido conocer con mayor exactitud los cambios climáticos que provocaron que el norte de África se englobe dentro de la región Paleártica y no en la Afrotropical.

Los fósiles han sido hallados y estudiados por un equipo internacional en el que participa el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA), el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y la universidad Mohamed Primero de Oujda.

El trabajo, publicado en la revista ‘Historical Biology’, ayuda a reconstruir el paleoclima de la región y aporta información sobre cuándo se produjo el proceso de desertificación por el que se formó el Sáhara.

Este desierto, que es el más extenso del planeta, empezó a crearse hace millones de años en un proceso condicionado por las fluctuaciones de los ciclos climáticos que también provocaron los períodos glaciales en Europa.

Con los fósiles encontrados, los paleontólogos son capaces de reconstruir cómo eran los animales y las plantas en épocas pasadas y además, gracias a la datación de los fósiles, también pueden saber cómo era el clima en ese momento determinado.

Según el investigador del MNCN Jan van der Made, «continuar encontrando fósiles correspondientes a diferentes épocas permite reconstruir cómo fue el clima en la zona y mejorar la información para los modelos climáticos futuros».

Vista frontal del cráneo de Bos Primigenius. (Jan van der Made)
Vista frontal del cráneo de Bos Primigenius. (Jan van der Made)

Desertificación

El Sáhara es un área que actualmente no es habitable para la mayoría de los grandes mamíferos y saber qué especies poblaron el desierto y en qué momento lo hicieron permite averiguar cómo se fue produciendo la desertificación.

Precisamente los fósiles hallados de unos metacarpos y parte del cráneo del antecesor del actual rinoceronte blanco, Ceratotherium simum, han permitido datar con exactitud el momento en que esta especie ocupó el hábitat de otra especie de mayor antigüedad, el Ceratotherium mauritanicum.

«Es curioso cómo C. simum pasó de vivir en el sur del Sáhara a expandirse hacia el norte y ocupó el espacio de C. mauritanicum en un momento de aumento de la influencia Paleártica», ha destacado Van der Made.

Esto, de acuerdo con el estudio, ocurrió en uno de los dos períodos con una climatología más húmeda, hace entre 85.000 y 80.000 o entre 105.000 y 100.000 años.

«Conocer cómo evolucionó la fauna del norte de África ayuda a mejorar y calibrar mejor los modelos climáticos de la zona», ha señalado el investigador.

Poblamiento humano

Este hallazgo se enmarca en la investigación ‘Evolución del poblamiento humano durante el Cuaternario en Marruecos Oriental: Aïn Beni Mathar-Guefaït (Provincia de Yerada)’, que tiene lugar en esa región.

Hasta el momento, el proyecto ha permitido localizar e identificar más de 30 yacimientos con una gran cantidad de restos arqueológicos.

«Estos descubrimientos son importantes porque los resultados permiten reconstruir el clima y el paisaje de la zona en la que se produjeron las ocupaciones humanas durante el Pleistoceno superior», ha asegurado la investigadora del IPHES-CERCA, M. Gema Chacón.