
La llegada al planeta Marte se prevé en torno al año 2045, si no se produce alguna revolución tecnológica que acelere los plazos de ese hito y lo permita en solo cinco o seis años, según las previsiones que maneja la agencia espacial estadounidense NASA.
Así lo asegura su subdirector del Programa 'Gateway', que es clave en la campaña Artemis que permitirá la exploración lunar sostenible y sentará las bases para las misiones a Marte, Carlos García-Galán.
«Una fecha conservadora en mi cabeza, si no cambiase nada, si no hubiera una renovación tecnológica, diría que igual a mitad de los 2040». Lo afirma en una entrevista con EFE este ingeniero de Telecomunicaciones y graduado en Ciencias Espaciales de 51 años nacido en Málaga.
Con más de 27 años de experiencia en vuelos espaciales tripulados, se ha referido a revoluciones tecnológicas que pueden influir como la de la inteligencia artificial o la que realizan empresas privadas de multimillonarios para rebajar el coste de ir al espacio con propulsión nueva. «Hay un montón de cosas que no sé cuál, pero cualquiera de esas puede revolucionar y, de repente, dentro de cinco años o seis igual podemos ir», confiesa.
Lo más inmediato es volver a la Luna y en eso también está implicado directamente García-Galán, es gerente de la misión que llevará a cuatro astronautas alrededor de ese satélite natural de la Tierra para terminar de probar la nave Orión antes del siguiente objetivo de transportar astronautas a la superficie lunar.
«Lo hicimos hace más de 50 años. Hemos hecho muchísimo en la órbita baja con el presupuesto que ha habido. Igual habría tenido que ser antes; pero, más que nunca, es el momento, y llegar a la Luna es el precio de entrada», señala.
«Llegar a la Luna es el primer paso, abrir la puerta para lo que buscamos: un campo de pruebas para tecnologías, conocimientos y operaciones que queremos hacer en Marte. Allí vamos a necesitar un reactor nuclear para generar electricidad porque se va a necesitar mucha, para que no tengamos un problema y se acabe. Queremos hacer eso en la Luna», añade.
Probar tecnologías
Quieren montar bases en la Luna porque tendrán que llevar a cabo lo mismo en Marte y probar tecnologías, sacar material de la superficie lunar y hacer combustible o «agua para beber». Para ello, existe tecnología en la Tierra, pero a gran escala.
La misión alrededor de la Luna, en apenas dos o tres meses, será «la última prueba de la nave Orión» para ver cómo funcionan los sistemas de la tripulación y los controles de la nave: «Es equivalente a la misión 'Apolo 9'. Una vez hagamos eso, estamos preparados para entrar en operaciones», apunta.
Prevén que el alunizaje suceda en 2027, y, con ese objetivo, se ha llegado a un acuerdo con SpaceX para que construya la nave, que tendrá entre sus misiones probar la tecnología de transferirle combustible desde un tanque en órbita, lo que sería en 2026.
«Buscamos en Marte la capacidad de los humanos de seguir explorando, es una especie de obligación», resalta García-Galán. Expone que, tal y como se aprendió en el Programa Apolo, «la tecnología y el conocimiento que se necesita para hacer eso termina siendo crucial para que avance la tecnología en la Tierra».
«Los ordenadores en aquel momento eran cuartos gigantescos para hacer una computadora mucho menos potente que lo que tenemos ahora en el teléfono. Desarrollar la miniaturización de todo eso para meterlo en una caja de la nave llevó al avance en computación y en los teléfonos», reflexiona.

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