¿Cómo saber si un sanitario es pesocentrista?
El pesocentrismo es esa tendencia a valorar el peso corporal de las personas como principal indicador del estado de salud y bienestar de las mismas. Los profesionales sanitarios deben tener en cuenta otros aspectos para afrontar estas situaciones en los que la actitud positiva es fundamental.

En esta sección ya hemos hablado y criticado el enfoque pesocentrista que ha reinado en el mundo sanitario y, en especial, en el ámbito nutricional desde hace muchos años. El pesocentrismo se refiere al enfoque clínico que prioriza el peso corporal como indicador principal de salud y bienestar, a menudo de forma excesiva y reduccionista.
En este sentido, cuando una persona busca un tratamiento nutricional, es común escuchar frases como «necesito a alguien que me controle», o «quiero a alguien que me de caña» o, incluso, todo lo contrario, cuando alguien evita pedir ayuda nutricional alegando «lo paso mal cuando me echan la bronca». Todas estas situaciones se producen cuando los profesionales trabajan desde este enfoque pesocentrista, que ya ha demostrado no solo no ser beneficioso ni útil, si no que, además, resulta negativo.
El hecho de valorar a las personas basándose en su peso favorece la estigmatización y no tiene en cuenta otros aspectos importantes de la salud integral, por lo que puede resultar muy peligroso.
Entonces, ¿cómo podemos buscar un dietista-nutricionista o cualquier otro sanitario implicado en la salud que se aleje de este enfoque?
En primer lugar tenemos que estar atentos al diálogo que mantenemos con este profesional. Si no tiene un enfoque pesocentrista, los términos calorías, balance energético, peso corporal o utilizar la palabra controlar para hablar de la conducta alimentaria no van a estar presentes.
En el caso de que no sea un profesional pesocentrista, te hablará desde el cuidado integral, tendrá en cuenta aspectos como el disfrute, la salud mental y, por supuesto, como el objetivo será lograr un bienestar global, no hará que su paciente se sienta culpable ni le «echará la bronca» si no logra cambiar algo.
Se trata solo de cambiar el diálogo, las palabras y el enfoque terapéutico, pero revertirá de forma muy positiva sobre la salud integral del paciente.
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