TERESA MOLERES
SORBURUA

Madera y cáñamo para el San Juan

E l ballenero “San Juan” se hundió cuando faenaba en Labrador (Canadá) en 1565, aunque afortunadamente barco y carga estaban asegurados en el Consulado de Burgos. Ahora, en el astillero Albaola de Pasaia construyen una copia de la embarcación de acuerdo con los restos encontrados en 1978 por los arqueólogos de Parcs de Canadá, y el estudio de los documentos de la época realizados por el equipo que fabrica la réplica.

En la reconstrucción se están utilizando materiales de igual o parecida procedencia a los originales, construidos de la misma manera artesanal que en el siglo XVI. En su mayoría son de procedencia vegetal. La madera utilizada para la quilla es una haya de 14,2 metros; para el mástil se ha recurrido al pino o abeto, mientras el roble es la madera más recurrente y se ha destinado a las cuadernas, las costillas del barco. Estos materiales se extraían de los bosques del valle de Sakana, después de buscar ramas y troncos con curvatura y ángulos apropiados. Los guardabosques podaban y guiaban los robles para darles la forma según sus necesidades.

También eran de roble las barricas para traer el aceite de ballena con el que alumbrar Europa o las de guardar la sidra que llevaban para beber, 3 litros diarios por persona en lugar del agua fácil de corromper.

Hay más elementos en el barco. Los arpones y las anclas de hierro procedían de las minas Arditurri de Oiartzun. Las junturas se calafateaban con cáñamo untado; la brea se extrae de la cocción de la materia resinosa del pino, y como entonces hicieron también ahora se traerán de Burgos.

El segundo material más importante es el cáñamo Cannabis sativa para fabricar las cuerdas y el velamen de los navíos exploradores. Con los hilos del cáñamo se tejían lienzos, que cosidos entre ellos se convertían en velas. El velamen del “San Juan” alcanzará los 467 metros cuadrados. Los lienzos de cáñamo se importaban de Bretaña, donde había una floreciente industria para la fabricación de velas. Esta vez, los constructores de Albaola obtendrán el cáñamo de un cultivo reciente en La Rioja y Fitero.

Destacar de la visita las interesantes explicaciones de los organizadores, y personalmente me ha gustado la canción anónima que los marinos cantaban al salir hacia aquellas lejanas tierras a 6.300 kilómetros y dice así:

«Txuri garbi zeru gaina

Itsasoak eder maina

Haize ona belaraco

Denbora ona partitçeco»