KOLDO LANDALUZE
CINE

«Abracadabra»

Estrenada en el Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbo del año 88, la primera obra de Pablo Berger (“Mamá”) supuso toda una declaración de intenciones. Bien acompañado por un grupo de amigos, entre los cuales figuraba un Álex de la Iglesia que había asumido la dirección artística y Enrique Urbizu que ejerció de productor, Berger estrenó en aquel certamen un proyecto irreverente y vitriólico que nos sedujo desde el mismo instante en que arrancaban los títulos de crédito y topábamos con Torrebruno a lomos de un caballito de tiovivo y entonando su canción “Mi querida mamá”. Con posterioridad y con la ayuda de Álex de la Iglesia, aprovechó una de sus muchas visitas al Zinemaldia para hacer llegar “Mamá” a uno de sus autores preferidos, Tim Burton. Berger señaló en relación a este episodio que Burton había «flipado» con el visionado de este corto que ha sido considerado de culto.

Inquieto y siempre intentando ser fiel a su discurso, el cineasta vasco se curtió en el campo publicitario, los videoclips o colaborando con De La Iglesia en películas como “Muertos de risa”. Hasta que no estuvo seguro del material que tenía entre manos, prolongó su debut en el formato largo durante quince años. Pasado ese tiempo, Berger volvió a sorprender con una muy original propuesta titulada “Torremolinos 73”, en la que volvíamos a topar con el humor negro que ya asomaba en su corto y en el que la irreverencia aparecía mediante un trazo mucho más madurado. Su segunda película supuso su eclosión definitiva, “Blancanieves” (2012). Este fascinante y arriesgado cuento macabro, que fue rodado en blanco y negro y mudo, amplificaba el toque fantástico que Berger siempre ha enarbolado desde ópticas muy diferentes y que en su tercera aportación adquiere una mayor relevancia si cabe.

“Abracadabra” aglutina buena parte de las inquietudes del cineasta bilbaino y en ella topamos con el drama, la comedia, el terror y esa pizca de fantasía que permite subvertir lo real. En esta ocasión, el argumento gira en torno a una mujer (Maribel Verdú), cuyo primo (José Mota) hipnotiza a su compañero sentimental (Antonio de la Torre). Las consecuencias de esta experiencia se traducirán en la irrupción de un espíritu (Quim Gutiérrez), que se adueñará del cuerpo del hipnotizado. Berger ha definido “Abracadabra” como «una película compleja, cargada de colores sobresaturados, alocada y animada por efectos especiales. Ha supuesto un gran reto porque incluye secuencias cuya realización ha sido muy complicada y que tras ser filmadas y vistas me han resultado muy sorprendentes. Supongo que por ser de Bilbao me gusta que todo sea grande y animado por riesgos», señala.

En los títulos de crédito volvemos a encontrarnos con Verdú y Gutiérrez, Mota y uno de los actores del Estado español más respetados del momento, Antonio de la Torre. El propio Berger afirma que «Maribel Verdú se ha convertido en una actriz fetiche para mí gracias a la excelente y enriquecedora relación que compartimos en ‘Blancanieves’. Su ayuda durante todo el proceso de creación ha sido inestimable. Quim Gutiérrez es uno de los mejores actores de su generación y en cuanto a José Mota me sorprendió mucho su rol dramático en ‘La chispa de la vida’ –la película en la que comparte protagonismo con Salma Hayek dirigida por Álex de la Iglesia–. Me rompió el esquema preconcebido que tenía de él al asociarlo simplemente a la comedia o los sketches televisivos. Finalmente, Antonio de la Torre es un monstruo de la interpretación. Siempre resulta creíble, tanto en la comedia como el drama», concluye el director bilbaino.