IKER FIDALGO
PANORAMIKA

Convocar

El cuidado del tejido es sin duda una de las responsabilidades que la administración pública debe asumir. Sin esto la garantía de un futuro en el que el arte y la cultura sean susceptibles de ejercer el protagonismo que les corresponde se antoja como una empresa prácticamente imposible. La salud de una sociedad viene determinada por la potencialidad de dotarla de herramientas suficientes para la construcción de una capacidad de análisis crítico. Por tanto, sin caer en paternalismos, es indudable que la gestión pública debe tener en cuenta la necesidad de posibilitar procesos creativos y producción cultural ajena a las normas de la mercadotecnia. Si como ciudadanía estamos en disposición de enarbolar un discurso exigente con las infraestructuras sanitarias o el estado de las autopistas, debemos aceptar un rol determinante en la calidad de nuestra programación cultural. Todo esto va más allá de los gustos o las complacientes iniciativas que ocasionalmente aluden a la participación ciudadana. Participar significa etimológicamente tomar parte de algo, esto es, ser un elemento imprescindible dentro de una acción concreta. Estamos pues legitimados o legitimadas para reclamar, desde nuestra posición, un compromiso con un cuidado de todo aquello que nos construye socialmente y el arte contemporáneo es y debe ser una pieza clave de todo este entramado.

La convocatoria de proyectos artísticos que el Centro Cultural Montehermoso realizó de cara a su programa expositivo del 2017 presenta su segundo capítulo con la muestra “Transmutación 11. Abisal spaces” de Anabel Quincoces (Gasteiz, 1968). Hasta el 1 de abril la propuesta de la creadora gasteiztarra nos invita a una inmersión total en una poética propia que ha marcado las últimas fases de su carrera. Por un lado el agua como un elemento de ensoñación desde el que entender formas de mirar(nos), que alude a seres que nunca vemos ni veremos pero que sin embargo sabemos que cohabitan en nuestro mundo. Por otro, las formas de vidrio que sirven como contenedores para una luz efímera imposible de atrapar. Todo esto convive con una composición sonora de gran presencia narrativa y con video-proyecciones que ayudan a componer el relato.

El siempre difícil escenario del Depósito de Aguas se baña ahora de una oscuridad casi total que obliga al público a esperar a acostumbrar la mirada para disfrutar de forma completa de la gran instalación que supone el proyecto.

El programa “Eremuak” del Gobierno de Lakua produce y gestiona la exposición “Bi, Dos, Two” que Azkuna Zentroa de Bilbo alberga hasta el 8 de abril. Inaugurada el pasado 8 de febrero tras una fase de concurso, la multitudinaria muestra divide un contenido multidisciplinar en tres áreas diferenciadas. La cara más visible y numerosa, que es la expositiva, nos permite recorrer varios trabajos de diferente índole. Un programa de performances y eventos cubre la gran presencia del trabajo escénico y de cuerpo existente en la escena contemporánea. Por último, un ciclo de proyecciones en el que se condensan múltiples procedencias, acaba por componer una fotografía general de una parte de la creación vasca actual.

Ambas reseñas se refieren entonces a dos convocatorias públicas que disponen un lugar y un momento no solo para la práctica expositiva, sino para el intercambio y la relación de los agentes culturales que componen el paisaje cultural de Euskal Herria.