IKER FIDALGO
PANORAMIKA

Realidad

Somos parte de un presente dominado por la circulación constante de imágenes. Este hecho ha supuesto una de las líneas de desarrollo de estas páginas, tomándolo como punto de partida desde el que analizar nuestra condición de espectadores. En este sentido podemos retomar las teorías de Manuel Castells, quien nos atribuía, como parte de un mundo conectado, la capacidad de intervenir en el contenido desde una función más activa que la de mero público receptor. A ese respecto, las posibilidades de creación de imágenes desvirtuaban totalmente el rol bajo el cual el arte emergía como uno de los encargados de tal tarea. El gran magma visual de nuestra era está repleto de condiciones cambiantes y el concepto de velocidad se ha superpuesto a las nociones de calidad o autoría. En una entrevista para 7K en febrero de 2017, el ensayista y artista Joan Fontcuberta nos explicaba cómo la fotografía había tenido que encontrar un nuevo lugar desde el que enunciarse y asumir las exigencias de nuestra era. El término “postfotografía” aludía entonces a las cualidades de una producción de imágenes que lidian con los espacios de la sobreabundancia, la inmediatez o la ausencia de materialidad del soporte. El arte contemporáneo no puede ni debe desatender esta contemporaneidad; es por eso que sigue siendo una manera de acercarnos a nuestra propia realidad, entendida desde otras ópticas que lo cotidiano parece ocultarnos.

La Sala Amárica de Gasteiz, conocida por su programa dedicado de manera específica a la creación fotográfica, propone hasta el 8 de julio la muestra “Color Politics”, a cargo de Iñaki Domingo (Madrid, 1978). El origen conceptual de este proyecto se encuentra en la empresa Pantone Color Institute, que anualmente elige lo que vaticina que será el color del año. Esta decisión influye en la producción industrial y publicitaria del ámbito mundial asumiendo la influencia empresarial sobre los colores que componen nuestra vida. Este hecho no tiene nada de inocente, pues demuestra las capacidades para situarse como emisores de un discurso hegemónico en la producción visual que compone nuestra sociedad. Esto compone irremediablemente un relato en torno al poder y a la construcción política del inconsciente colectivo, favoreciendo un juego desigual cuyas normas estamos condenados a seguir. Para esto, Domingo desbroza los códigos habituales de lo fotográfico y propone a modo de paneles una serie de elementos a medio camino entre la abstracción y la figuración. La distancia de observación de los elementos expuestos marcará nuestra experiencia dentro de una sala cuya arquitectura y posibilidad lumínica favorece la inmersión en el trabajo del artista madrileño. El control social sobrevuela este planteamiento, que abrió sus puertas el pasado 17 de mayo.

La pintura figurativa parece beber directamente del registro fotográfico. El éxito del hiperrealismo ha sido siempre baremado desde su proximidad virtuosa a la realidad, disipando la barrera entre la pintura y el revelado de la película. Sin embargo, una de las características de la pintura es la capacidad de aunar la expresividad de lo matérico con la narración de la imagen representada. Gonzalo Sicre (Cádiz, 1967) y su “Código Continuo” son una prueba irrefutable de ello. El espacio de la Galería Lumbreras de Bilbo es habitado hasta el 15 de junio por un compendio de formatos en los que el resultado del acto pictórico nos plantea imágenes borrosas, melancólicas y en los que un halo de ausencia parece inundar cada una de las representaciones. Edificios vacíos, espacios urbanos desolados, camas deshechas o la secuencia de un oleaje son algunos de los ingredientes que nos esperan en torno al trabajo del artista gaditano.