IñIGO GARCÍA ODIAGA
ARQUITECTURA

Una montaña de madera

Este proyecto de viviendas, inaugurado por el estudio danés BIG y liderado por el mediático arquitecto Bjarke Ingels, comenzó su andadura en la primavera de 2011, cuando recibieron el encargo de crear un conjunto residencial con vistas generosas y mucho espacio al aire libre que respetase el entorno del Parque Nacional de Gärdet, a los edificios vecinos y la belleza del puerto real de Frihamnen de Estocolmo. El proyecto, bautizado como 79 & Park, resume en su nombre esa condición dual entre un edificio, el número 79 y la ampliación del parque que pretende ser.

Las casas tienen su propio jardín privado, al aire libre y con agradables vistas de los áticos de la ciudad y el parque. Del mismo modo, el complejo 79 & Park visto desde la distancia aparece como una ladera artificial en el centro de la capital sueca que es una extensión vertical del parque.

En cierto modo, el edificio se transforma en una masa porosa, construida sobre una rejilla modulada en cuadrados de 3,6 m x 3,6 m, organizados en torno a un patio verde abierto a la calle y que permite el tránsito peatonal. La esquina más alta del inmueble se levanta en el lado norte para maximizar la entrada de luz natural desde las otras orientaciones, así como para capturar gracias a esa sección escalonada las vistas. Este gesto tan sencillo como contundente transforma la cubierta del proyecto en una suave ladera, que se relaciona directamente con la naturaleza que la rodea.

Casi las 169 unidades residenciales tienen diseños únicos, pensados para atraer a diferentes grupos de habitantes con edades y estilos de vida muy diferentes. Los espacios interiores están inspirados en el diseño escandinavo, matizado para construir unos espacios más cálidos y confortables. Casi todas las estancias cuentan con materiales naturales táctiles, entre los que se incluyen los suelos de roble blanco y detalles de maderas autóctonas como el abedul. El granito y la cerámica rematan los baños, mientras que las cocinas cuentan con piedra natural. Los grandes ventanales inundan de luz todas las estancias y al mismo tiempo invitan a disfrutar la vegetación de las terrazas creando una transición suave entre el interior y el exterior.

Todas las fachadas exteriores quedan revestidas por una piel de tablillas de cedro que también remata el patio central, donde se encuentran tanto los residentes como los visitantes. El espacio interior se fragmenta en diferentes estancias ordenadas por bancos y jardinería, que crean pequeños ámbitos para actividades y servicios. En definitiva, un área al aire libre compartida con lo público y rematada con exuberantes arbustos, flores y árboles, en la que se agrupan usos comunitarios como una guardería de preescolares, un amplio estacionamiento para bicicletas o zonas para perros.

Las terrazas ponen el verde. Todas las viviendas tienen acceso a terrazas privadas y compartidas que amplifican los espacios de la vivienda hacia el exterior. El paisaje de estas terrazas cuenta con una rica variedad de plantas tanto perennes como caducas, así como árboles y arbustos que se esparcen por los tejados, otorgando a la cubierta una imagen verde y frondosa que va cambiando a lo largo de las diferentes estaciones en función del clima escandinavo.

Curiosamente, el proyecto 79 & Park se inauguró el mismo día que la primera fase de la Norra Torn, una torre de viviendas situada al norte de Estocolmo y proyectada por la oficina OMA dirigida por Rem Koolhaas, por encargo del mismo promotor el empresario Oscar Engelbert. Podría pensarse que la arquitectura de los profesionales más prestigiosos estaba centrada en los grandes edificios públicos. Por el contrario, esta confluencia de dos de los estudios de arquitectura más influyentes a nivel mundial sobre un tema tan cotidiano como la vivienda devuelve al habitar una importancia que nunca debió perder.

La planta baja del inmueble alberga espacios comerciales abiertos al público, que activan en cierto modo ese borde de la trama urbana en contacto directo con el parque. Esa situación de borde es la que posibilita también que en los pisos superiores, los residentes disfruten de unas vistas despejadas sobre el extenso y pacífico paisaje de los pastizales y matorrales salvajes del parque nacional de Gärdet. Y es también esa ubicación singular del edificio, justo en el límite de la ciudad, allí donde empieza el campo, la que hace que se eleve sobre el parque como una montaña de madera habitada, poniendo de manifiesto nuevas fórmulas para la vivienda actual.