MIKEL INSAUSTI
CINE

«Mia et le lion blanc»

Ya falta menos para el estreno de una de las películas más esperadas por el público familiar y amantes de la naturaleza en general, porque va a llegar precedida de un gran éxito de taquilla con una recaudación mundial que de momento se acerca a los cuarenta millones de dólares. El director de la película es del año 1960, con lo que forzosamente tuvo que conocer en su niñez el clásico del subgénero de aventuras en África “Nacida libre” (1966), que trascendió gracias a la banda sonora compuesta por John Barry, y que dio lugar a una posterior y muy popular serie televisiva protagonizada por la leona Elsa. A partir de ahí los parecidos argumentales están servidos.

Gilles De Maistre es sobrino del maestro del cine francófono René Clément, y ha dedicado su vida a recorrer el mundo grabando documentales para televisión. Tanto en ese medio como en sus escogidos trabajos cinematográficos se ha interesado vivamente por los temas de la naturaleza salvaje y de la niñez. Con su ópera prima “Killer Kid” (1994), sobre los menores de la guerra del Líbano, obtuvo el premio Junior en el festival de Cannes. Y en “Le premier cri” (2007) hizo un muy original documental sobre los nacimientos en diferentes culturas del planeta. En otro registro es conocido por su documental gastronómico “La quête d’Alain Ducasse” (2017), y sobre todo por la polémica que rodeó en el Estado francés a su largometraje de ficción “Féroce” (2002). Esta crónica política sobre un líder de extrema derecha fue denunciada en los tribunales por Jean-Marie Le Pen, que acusaba a la película de conspiración socialista, basándose en que el actor Jean-Marc Thibault, que encarnaba al ultra en cuestión, es cuñado de Lionel Jospin.

Pero no cabe duda de que “Mia et le lion blanc” (2018) es el proyecto más importante en el que ha participado hasta la fecha, por tratarse de una coproducción internacional entre el Estado francés, Alemania y Sudáfrica. El productor es nada menos que Jacques Perrin, que dejó su brillante carrera de actor para consagrarse a la producción de películas sobre la vida animal y el equilibrio medioambiental. Codirigidos por él mismo o encargados a otros profesionales, sus títulos que más huella han dejado son “Microcosmos” (1996), “Himalaya” (1999), “Nómadas del viento” (2001), “Océanos” (2009), “Las estaciones” (2015) y “Un océano entre nosotros” (2018).

Si todo este tipo de proyectos viajeros en los que hay que trabajar con animales salvajes son de una enorme dificultad, “Mia et le lion blanc” todavía ha resultado más complicado. Gilles De Maistre ha seguido el método de rodaje a través de un largo periodo de tiempo impuesto por Richar Linklater en su obra experimental “Boyhood” (2014). Rodó en Sudáfrica durante tres años seguidos, entre el 2015 y el 2017, como algo obligado para que el león blanco protagonista conviviera con los personajes humanos y se acostumbrara a su presencia. Cuando la niña elegida en el casting para el papel de Mia empezó, la sudafricana Daniah De Villiers tenía 11 años, y al terminar 14. Por su parte, el cachorro Thor, al que en la ficción pone el nombre de Charlie, se hace adulto durante dicho transcurso.

Argumentalmente, sucede que al principio Mia, que es una niña urbanita, no se adapta al nuevo destino familiar en una granja-reserva sudafricana. Pero la relación con el cachorro le hará amar su nuevo hogar, hasta que se plantea el riesgo que supone convivir con un león blanco. Como su padre opta, una vez crecido, por venderlo a los cazadores, la Mia adolescente escapa con el que había sido hasta entonces compañero de juegos.

De todo ello surgen varias cuestiones a debatir. De un lado, la educación en contacto con animales salvajes que deberían vivir en libertad y no confinados y, de otro, la caza preparada para turistas ricos con ejemplares criados especialmente para ser tiroteados. Todo ello con el agravante de que el león blanco es una especie en vías de extinción.