IñIGO GARCÍA ODIAGA
ARQUITECTURA

Refugios de la geometría

Un árbol crece perforando la plataforma de madera que sirve de elemento de unión de los dos volúmenes negros triangulares que conforman un refugio construido por el arquitecto chileno Smiljan Radić. Esta residencia de campo se eleva sobre un terreno inclinado cerca del Parque Nacional Conguillio en la zona central del país, al construir un plano de referencia, un nuevo suelo, una plataforma de madera sobre pilotes que despega la arquitectura respecto del suelo natural.

Radić defiende además este elemento como un espacio más de la casa, que se transforma en un mirador que ofrece vistas sobre el río muerto de lava de una antigua erupción del cercano volcán Llaima. Con 184 metros cuadrados, sobre esta plataforma se colocan dos volúmenes que reproducen los principios de otros dos proyectos ya conocidos, uno del propio Smiljan Radić y otro del arquitecto japonés Kazuo Shinohara llamado la Prism House.

Tal y como el propio arquitecto chileno reconoce, esta casa es un ejercicio de repetición y replicación, está haciendo algo de nuevo pero a partir de experiencias anteriores, no copiándolas, sino planteándolas ahora bajo las claves de este lugar.

Una de las estructuras más famosas de Radić, conocida como “La Habitación” sirve con su cubierta a dos aguas como modelo al volumen más grande, mientras que la otra pieza toma la cubierta de una sola pendiente de la Prism House. La geometría diseñada por Shinohara en la prefectura de Yamanashi de Japón, para su casa en 1974, sirvió al proyecto como una base sobre la que construir este refugio en la naturaleza.

La famosa fachada lateral de la Prism House original japonesa, con un triángulo isósceles en ángulo recto colocado en el suelo, y su exquisito poste de madera diagonal interior, que ordena el espacio interior al colocarse en una posición que parece fuera de lugar, son signos de su incómoda geometría. Una incomodidad que transforma la arquitectura y que, en cierto modo, hace que su planteamiento esquemático se transforme en un elemento más complejo e interesante.

Con la poca documentación existente del diseño de Shinohara, unos pocos planos y algunas fotografías, Radić desarrolló el boceto de las primeras ideas del proyecto. Como resultado, modificó ligeramente el diseño de la casa en Chile, reduciendo la longitud del lado más largo de 10,8 metros a 7,2 metros para que coincida con la sección transversal estructural de 7,2 metros.

Así, la nueva casa frente al volcán Llaima dibuja la sección de un cubo, aproximándose al ideal de Shinohara, que se contempla en las escasas fotografías que se conservan del proyecto del arquitecto japonés. Todo el revestimiento esta realizado con un metal negro grecado, conocido como Instapanel, que cubre tanto el techo inclinado como las dos paredes triangulares laterales, mientras que la pared trasera está acristalada. En el interior, este bloque contiene dos dormitorios con un cuarto de baño.

Reinterpretar el original. El otro volumen cuya forma se inspira en un proyecto del propio Radić, La Habitación construida en Chiloé, reinterpreta la construcción original a base de acero galvanizado y una carpa roja, con los mismos paneles negros que revisten la otra pieza. Una solución que unifica el conjunto que dota a las dos piezas de una cierta familiaridad. Esos paneles metálicos negros se elevan respecto del suelo sobre paredes acristaladas que rodean la sala de estar de la planta baja.

Los toques de decoración rojos en el interior hacen un guiño a la domesticidad del refugio, otorgándole una cierta calidez que la arquitectura rigurosa le niega, y que solo encuentra en los elementos más cotidianos como las fundas textiles para los asientos, o en las ollas colgadas de la cocina.

Mientras que en el nivel inferior, la planta abierta se apoya en las amplias vistas sobre el lugar, en el segundo piso tres camas prácticamente encajonadas en los lados opuestos de la cubierta a dos aguas, a las que se accede por una escalera separada, dan testimonio de lo riguroso del espacio.

La austeridad material del exterior, se mantiene al interior, donde el techo visto de tablón de madera de pino de Oregón ennegrecida se traslada también al suelo. Este material coincide con la plataforma exterior que se extiende entre los dos volúmenes.

Interpretar es pretender hacer algo diferente con lo mismo. Sobre la base de dos proyectos sin aparente conexión, el arquitecto chileno repitiendo sus valores, los hace entrar en resonancia, inventando un nuevo artefacto arquitectónico, un refugio donde conservar las esencias de la geometría que sirvieron a arquitecturas precedentes.