Mariona Borrull

Euforia cinéfila

Cailee Spaeny y Kirsten Dunst, en una secuencia de la película «Civil War» de Alex Garland. El filme fantasea con una guerra civil en Estados Unidos.
Cailee Spaeny y Kirsten Dunst, en una secuencia de la película «Civil War» de Alex Garland. El filme fantasea con una guerra civil en Estados Unidos.

Desde el pasado 20 de julio no asistíamos a tal conjunción de estrenos en cartelera. Un tripartido de nichos potentes llega el 19 de abril, semanas después de la bajona de recaudación post-Óscars, confiando en que sus virtudes vencerán el furor por el aire libre primaveral. Las desgranamos.

Primero tenemos una apuesta segura para el film bro y el gran público con visos de autor. Tras una ráfaga de estrenos que cautivaron a la cinefilia mientras dividían a la prensa especializada, entre los que se cuentan “Aniquilación”, “Men” o “Devs”, Alex Garland parece -por fin- haber reunido de nuevo a la crítica estadounidense bajo la unanimidad complacida de su icónica “Ex Machina”. Aunque no hay rastro de complacencia en las reseñas que de “Civil War” nos llegan: «Es rabiosamente convincente y perturbadora», escriben en “Roger Ebert”, y “Variety” la describe como «la distopía más inquietante» desde el Londres postapocalíptico de “28 días después”. La película de Garland fabula, desde un realismo casi absurdista y con Kirsten Dunst por protagonista anonadada, cómo pronto podría desatarse una cruenta guerra civil en los Estados Unidos. No han pasado ni cuatro años desde el asalto al Capitolio, aunque la incomodidad nunca sobra en un país que adora las palomitas y los escenarios de conflicto en el Oriente Medio.

A las film gals -chicas de cine- y las lesbianas fans de Kristen Stewart. Filmin se ha vaciado el bolsillo en adquirir los derechos de “Love Lies Bleeding” (aquí titulada -en una línea kitsch que no le viene mal- “Sangre en los labios”), que esperan convertir en pequeño fenómeno de taquilla antes de su estreno en la plataforma. La segunda película de Rose Glass después de la ya-de-culto “Santa Maud” tiene más de lo que gusta a toda fan del exploitation A24: sangre, sexo, estética neón. Hoy con una relectura “bollera” del humor negrísimo de los Coen de los 2000: Stewart, una lesbiana molona encerrada en el armario de una vida humilde en Nuevo México, deberá ir ocultando los cadáveres que deja por el camino su novia culturista psicopática (Katy O'Brian, “El mandaloriano”) en un perverso juego de ajedrez con el capo local, su padre (Ed Harris). Toca aplaudir con las orejas, comprarse un chubasquero y tirar las bragas a la pantalla, todo al mismo tiempo.

Y para la cinefilia sensible, llega un título que ya ha agotado el circuito festivalero desde su premiere en el festival de Cannes: “La quimera”, nueva película de Alice Rohrwacher “Lázaro feliz” y merecedora de la Espiga de Plata en la Seminci de Valladolid. Quienes aprecien la Italia rural conectada con la belleza y las reminiscencias de un pasado romano, puro cine de la Rohrwacher, seguro gustarán de este cuadro romántico con Josh O'Connor como sensible cazatesoros.

Véanlas como quieran, hagan su juego, pero acudan a las salas.