Cass McCombs presenta “Interior Live Oak”, su esperado undécimo álbum de estudio. Se trata de una obra que extrae todo lo que Cass ha creado durante dos décadas de experimentación para abrirse paso con una composición directa y clarificadora. A lo largo del nuevo trabajo, encontramos una actitud esperanzadora, algo que puede parecer sorprendente en alguien que a menudo canta sobre los aspectos más extremos de la vida moderna. “Interior Live Oak”, sin embargo, muestra a alguien que ha vivido esos extremos. El nombre del álbum hace referencia al “live oak”, un árbol autóctono del norte de California, símbolo de fortaleza y raíces profundas. Esa elección refuerza la conexión de McCombs con sus orígenes y su trayectoria vital y artística.

El regreso de McCombs al sello Domino tras su experiencia con otros sellos y la revisión de su discografía, centrada en las reediciones y el álbum de archivo “Seed Cake on Leap Year” (2024), le llevaron a encontrarse con músicos con los que había trabajado en sus primeros tiempos en el área de la bahía de San Francisco, como Jason Quever (Papercuts) y Chris Cohen. Además, las sesiones adicionales completadas en Nueva York cuentan con colaboraciones como las de Matt Sweeney y Mike Bones, cuyas guitarras han sido complementos naturales del sonido de McCombs. Un sonido más depurado que contrasta con su experimentación habitual.

Durante más de dos décadas, McCombs ha transitado los márgenes del folk-rock y la canción de autor con una determinación silenciosa, esquivando los focos para construir una obra tan vasta como esquiva. Lejos de las campañas grandilocuentes, su carrera es una cartografía personal de la contracultura norteamericana, trazada con acordes acústicos, poesía críptica y personajes sacados de los rincones olvidados de la sociedad. De tal forma que “Interior Live Oak” es una obra que él mismo describe como un gesto de “resolución”. Un disco que no solo condensa sus exploraciones pasadas, sino que parece dibujar un círculo completo alrededor de su vida errante.

Nacido en 1977 en la ciudad de Concord, en California, desde una temprana edad adoptó una existencia itinerante. Durante años vivió en coches, habitaciones prestadas o incluso en la calle, mientras ejercía todo tipo de oficios como proyeccionista de cine, trabajador de la construcción, diseñador gráfico o repartidor nocturno. Esa vida de tránsito se convirtió en una fuente de creatividad. Con un tono melancólico y una paleta que cruza desde la psicodelia al góspel, McCombs ha sido comparado con Bill Callahan, Will Oldham o Townes Van Zandt.

Más allá de la introspección, McCombs también ha incursionado en terrenos sociales y políticos. En su disco “Mangy Love” (2016) abordaba cuestiones como la corrupción, la vigilancia estatal y el racismo estructural en EEUU, envuelto en un soul sofisticado y cargado de tensión lírica.

Margo Price

Margo Price presenta su quinto álbum de estudio. Producido por Matt Ross-Spang en el legendario RCA Studio A de Nashville, es su primer disco completo grabado en la ciudad que ha sido su hogar a lo largo de dos décadas. El nuevo trabajo ha sido definido como una promesa, un manifiesto y a su vez un tributo a una ciudad y a un género. Al primer sencillo, “Don’t Let The Bastards Get You Down”, le acompaña un video dirigido por Ian Blair y que contó con la participación de su esposo Jeremy Ivey, Rodney Crowell y el legendario Kris Kristofferson. El álbum suma colaboraciones con Tyler Childers y Jesse Welles, siendo una colección de canciones que oscilan entre la introspección y el homenaje al country clásico.