Libertad de expresión
Aveces una tiene la sensación de haberlo visto todo en este mundillo pero... qué va, cuando menos se lo espera salta la liebre y puede encontrarse a alguien como Pascual Tamburri escribiendo sobre la libertad de expresión. Sí, han leído bien, Tamburri hablando de libertad de expresión. Lo hace en su columna habitual de «Elsemanaldigital», donde menciona el caso de Fer Sota, encarcelado por poner carteles en favor de una presa y un preso que debían estar libres. Pues al respecto, el profesor metido a opinador de la fachenda dice que «guste o no guste, aquello fue un delito de enaltecimiento del terrorismo». Ya, como cualquier cosa que se haga en este país y no le guste a quienes mandan en el infraebro. O sea, casi todo.
Sostiene Tamburri que «mandar a Fernando Sota a cumplir su condena por apoyo a ETA, que no es la primera, no es un `ataque a la libertad de expresión y los derechos humanos'. Es defender la convivencia, o eso se supone». Eso lo supondrá él, porque en Tafalla no estan muy de acuerdo. Bueno, en Tafalla y allá donde impere la cordura. El ultramontano docente añade que «hay personas que se rasgarán las vestiduras, como lo hacen cuando un asesino condenado cumple condena, pero que en cambio sienten que sus derechos humanos peligran cuando un Guardia Civil cumple con su deber», lo que dice mucho sobre cuál es el deber de la Guardia Civil. Y ya para concluir, un párrafo muy del estilo del abajofirmante. Lean, lean, que merece la pena: «que vivimos en una provincia pequeña y satisfecha de sí misma no es ninguna novedad. Es la misma provincia en la que la hinchada radical abertzale de un club de fútbol puede causar nueve heridos en su `día de las peñas' mientras que la prensa, toda la prensa sin distinción de orientación, minimiza la cosa porque `son de aquí'. Es la misma provincia en la que uno puede ser numerario por la mañana y manifestarse a mediodía con los marxistas y abortistas que apoyan a ETA. Como siempre (...). Libertad y subvenciones para los violentos, futboleros o no, y la sociedad que los disculpa, pero malas caras a los guardias civiles, sobre todo si `no son de aquí'». Eso no es cierto, a los guardias civiles se les pone mala cara sean «de aquí» o no. Aunque casi no hay ninguno «de aquí» y sí muchos «de allí». ¿Por qué será? Seguro que Tamburri lo sabe. Y no le gusta.

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