Lewis Hamilton (Mercedes) tomó una mala decisión, que fue aprovechada por su compañero de equipo, el alemán Nico Rosberg, que conquistó su segundo Gran Premio de Fórmula 1 consecutivo y el tercero en Mónaco. El alemán Sebastian Vettel, de Ferrari, ocupó el segundo lugar y el líder fue tercero.

Todo apuntaba a la victoria del líder Hamilton, que salió desde la pole position y dominaba desde el principio. Sin embargo, a quince vueltas del final, el holandés Max Verstappen sufrió un espectacular accidente y el coche de seguridad salió a la pista. Hamilton fue el único en pasar por boxes en ese momento y Rosberg aprovechó para ponerse en cabeza. El inesperado giro de guión le permitió dar la sorpresa y encadenar su segundo triunfo consecutivo, después del conseguido en Barcelona.

«Sé que he tenido suerte porque Lewis merecía ganar», reconoció Rosberg en caliente, tras la premiación. El subcampeón mundial se acerca a diez puntos en la general al actual líder y defensor del título, su compañero Hamilton. Verstappen, que salió ileso del accidente, se estrelló contra un muro de seguridad tras perder el control de su Toro Rosso al tocar con el Lotus de Romain Grosjean, al que intentaba adelantar –al holandés le sancionarán con cinco puestos en Canadá–. Faltaban quince vueltas para el final de la carrera y Hamilton entró en 'boxes' a petición de su equipo, cuando iba en cabeza y no hubiera necesitado cambiar los neumáticos.

Rosberg y Vettel siguieron en la pista y Hamilton ya no pudo adelantarles, ni siquiera con unos neumáticos superblandos nuevos, cuando la carrera se retomó en la vuelta 70 (de 78). Mónaco se caracteriza por la dificultad para adelantar en el estrecho circuito urbano, por lo que desaprovechó la gran ventaja que suponía ir primero.