Bera Bera exprime hasta el límite la fórmula defensa-contraataque
Las donostiarras vuelven a sacar un sobresaliente alto en otra temporada para enmarcar. Solo la derrota en la final de la Copa ante elRocasa, por un gol y en la prórroga, impide darle la matrícula de honor. Pese a las bajas anunciadas, seguirá siendo el equipo a batir.

La División de Honor femenina empezó a disputarse con esa denominación en la temporada 1982-83, con lo que se han cumplido ya 33 ediciones. Las 16 primeras las ganó seguidas el mítico Iber de Valencia de Cristina Mayo, con diferentes denominaciones (después sumaría cuatro más, hasta completar 20), y junto a Elda (4) y Ribarroja (2) alargaron la racha hasta la friolera de 26 temporadas consecutivas con el título liguero afincado en la Comunidad Valenciana.
La irrupción de Itxako, coincidente casi con el inicio de la crisis económica, trasladó el eje dominador del balonmano femenino a Euskal Herria, con cuatro títulos consecutivos para las navarras, pero el club de Lizarra acabó devorado por sus deudas hasta desaparecer, como antes les había pasado a los tres anteriores. Y entonces emergió la figura de Bera Bera, con tres títulos más, ampliando el dominio del balonmano vasco a siete temporadas consecutivas.
Para empezar, este panorama demuestra que no es nada fácil ganar una Liga, pues solo cuatro clubes lo han conseguido en 33 años. Y cuando la crisis empezó a pegar fuerte en Euskal Herria Bera Bera también la sufrió, con el desmantelamiento de la plantilla que había sido subcampeona en la temporada 2011-12, por detrás de Itxako, de la que se fueron Bea Fernández, Punko, Campa, Carvalho, Berta y Mena. Entre las seis habían hecho casi la mitad de los goles del equipo ese último año (447 de 981).
Para suplirlas llegaron varias jugadoras, pero dos de ellas acabaron teniendo un papel principal, Elorza y Núñez, porque en una Liga devaluada, que había visto como emigraban su mejores extranjeras y también muchas jugadoras españolas, sobre todo de primera línea (centrales y laterales), fueron las elegidas para formar el muro central de la defensa 6:0 donostiarra. En un equipo muy mentalizado para defender y correr, y con buenas porteras (Zoqbi en la primera Liga, y Temprano en las otras dos), Bera Bera ha sido un prodigio de regularidad defensiva: 546 goles en contra para ganar su primer título en 2012-13 (21 de media por partido, que sube a 22 contando todas las competiciones –Europa, Copa y Supercopa–); 533 en el segundo de la 2013-14 (20,5 por partido, y 21,5 en el global), y 544 en la que acaba de terminar (20,9, y 21,2 entre todas las competiciones).
Pero defender no basta, y hay que marcar goles para ganar títulos. Reyes Karrere optó por la fórmula de correr siempre y acabar rápido para propiciar más remates y más fáciles, aprovechando la excelente preparación física de la plantilla, capaz de aguantar 60 minutos a gran ritmo, y Bera Bera marcó casi 31 goles de media en cada partido de la Liga 2012-13. Al año siguiente Imanol Alvarez mantuvo la fórmula, pero tratando de ajustarla para arriesgar un poco menos y así poder reducir las pérdidas de balón, y bajó un poco la media de tantos (28,42); y en este las cifras se han mantenido en esa línea (28,81), certificando la validez de la fórmula, aunque Aitor Etxaburu trató de dar más presencia al ataque organizado en detrimento del contragolpe en segunda oleada, suscitando dudas que desembocaron en su salida del equipo y la llegada de Montse Puche.
Y si cabe destacar a las centrales defensivas en este período, para explotar este juego ofensivo veloz también ha sido fundamental la aportación de otra pareja, la que forman las veteranas Eli Pinedo y Matxalen Ziarsolo, que han funcionado como un reloj para marcar entre ambas un 35% de los goles del equipo en estas tres últimas campañas, echando por tierra cualquier duda que hubiera sobre la forma de explotar las grandes posibilidades de dos jugadoras que comparten el mismo puesto específico: el extremo izquierdo.
Lo que al principio parecía un problema ha acabado siéndolo para sus rivales, incapaces de contener a dos jugadoras que se emplean al cien por cien cada minuto que están en pista, a sabiendas de que su relevo es impresionante. Grandes finalizadoras del contraataque, han sido las piezas ideales para aprovechar la fortaleza defensiva. También son excelentes rematadoras desde el extremo, otro aspecto que beneficia a un estilo de ataque organizado carente de lanzamiento de nueve metros y que debe encontrar superioridades en sus extremos, o pasillos de penetración para su primera línea. Y, aunque no son especialistas desde los siete metros, la experiencia es un grado, y han asumido la responsabilidad de tirar todos los penaltis.
En la temporada 2012-13 marcaron 391 de los 1.112 goles del equipo en todas las competiciones (un 35%, 197 Eli Pinedo y 194 Ziarsolo); en la 2013-14 sumaron 344 de 968 (36%, 195 y 149); y en la que acaba de terminar 343 de un total de 985 (35%, 178 y 165).
Con todos estos pilares, las jugadoras más jóvenes del equipo han disfrutado de la mejor compañía para seguir progresando, y también han podido colaborar de manera decisiva en los títulos. Alba Menéndez ya es una pieza fundamental en defensa y en ataque, Esther Arrojeria ha vivido un crecimiento espectacular en dos temporadas, y Maitane Etxeberria ha cumplido de sobra esta temporada el difícil reto de cubrir, casi en solitario, el extremo derecho del equipo… ¡en edad juvenil! Todavía le queda mucho margen de mejora en el aspecto ofensivo, pero su actitud defensiva está a la altura del muy exigente listón del equipo.
Maialen Mujika vio frenada su adaptación al equipo con una grave lesión en febrero, pero ya había ofrecido detalles de que puede ser otro gran fichaje para la próxima temporada, y sobre todo una gran actuación en Valencia, donde Bera Bera estuvo a punto de perder, y cinco goles de la zarauztarra ayudaron al equipo a aguantar para poder remontar en el tramo final.
Ana Martínez aporta inteligencia y genialidad que enriquecen las opciones del equipo, capaz de hacer muchas cosas muy bien, aunque las lesiones le han impedido llegar a su máximo en las dos temporadas que lleva en Donostia. Su rápida renovación, con la esperanza de que pueda estar a tope con el equipo desde el inicio de la competición, es una gran noticia para los asiduos a Bidebieta.
Con todos estos mimbres Bera Bera se rehizo de dos tropiezos inesperados en casa en noviembre, que le pusieron la Liga muy cuesta arriba, pero a partir de ahí sumó 16 victorias consecutivas, y en la segunda vuelta se impuso con claridad a todos sus rivales directos en sus propios feudos, en un alarde de personalidad que todos reconocieron.
El futuro, pese al impacto inicial tras conocer la marcha de Elorza y Núñez, es esperanzador. El bloque está hecho y es muy bueno, habrá que hacer ajustes en el sistema defensivo porque ya no quedan jugadoras como Elorza al alcance del club donostiarra –de su experiencia, corpulencia y conocimiento del juego–, pero el estilo se mantendrá, los fichajes ayudarán en defensa y, sobre todo, en ataque organizado, para dotar a la plantilla de recursos en un aspecto en el que ha tenido dificultades en estas últimas temporadas.
Zuazo, una progresión a medias
Zuazo acababa la Liga en octavo lugar por tercera vez consecutiva (con 20 puntos hace dos temporadas, 22 el año pasado, y 21 en este), en una temporada en que el equipo parecía preparado, por su rendimiento en las campañas anteriores y tras haber incorporado jugadoras, para intentar dar un salto adelante.
Durante el primer tercio liguero los resultados alimentaron esta ambición, pero tras el parón de diciembre los planes se torcieron desde el principio, con la eliminación copera, y luego en la Liga encadenó una racha de siete derrotas consecutivas en las que, ni hacía frente en Lasesarre a los rivales más fuertes de la categoría, ni podía puntuar en sus visitas con otros más asequibles, a los que había ganado con solvencia en el primer tramo liguero. El sistema de juego propuesto por Alberto Muñoz situaba a su equipo entre los más goleadores de la categoría (una media de 28 por partido), pero también se convertía, con diferencia, en el más goleado (30 en cada choque). Y el balance en puntos se resentía.
Oihane Gil y Alexandra Gil se unían a Hernández y Yáñez como referentes ofensivos del equipo, mientras Elizegi trataba de encontrar su rol en su nuevo equipo, pero en defensa queda mucho por hacer. Lo bueno es que hay jugadoras (aunque alguna deje el club) para volver con más fuerza en setiembre.

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