No soy masoquista, pero me gusta ver las películas que muestran cómo viven los ricos, porque de otra manera nunca conocería sus mansiones por dentro. En cambio, me aburren esos programas televisivos de temporada de verano en que niños de papá pasan sus ociosas noches ibicencas malgastando el dinero que tienen y el que no tienen. De lo segundo va “Entourage”, decadente largometraje solo apto para el público joven seguidor de la serie televisiva homónima.

A cargo de la película está el mismo creador del programa original, Doug Ellin, que se ha limitado a repetir la fórmula pero rodeando al quinteto protagónico ya conocido de un sinfín de secundarios e invitados de lujo, con apariciones de famosos del deporte como Mike Tyson o Tom Brady, cantantes como Pharrell Williams o Common, el televisivo Kelsey Grammer, unos recuperados Billy Bob Thornton y Haley Joel Osment, el director Jon Favreau, estrellas de la categoría de Liam Neeson, un actorazo como Martin Landau, el mito del cine de acción Gary Busey o Jessica Alba poniendo el toque sexy.

Aunque de sexo mejor no hablar, porque “Entourage” es una colección de tetas anónimas, por supuesto todas ellas al alcance de estos jóvenes cachorros de Hollywood que buscan despertar la envidia de los muchos “pringados” que no tienen acceso a la zona vip y los reservados.

No dudo de que todo eso sea así, y de que el relato se inspire biográficamente en los comienzos en la meca del cine del actor Mark Wahlberg, pero no me creo nada. Todo me parecen fantasías machistas y pura misoginia, sustentada sobre la falsa noción del coleguismo. Dudo que el negocio se pueda compaginar con la amistad, al menos con la verdadera. En fin, que tu manager y tu representante sean tus mejores y más fieles compañeros de correrías, no hay quien se lo trague.