En las antiguas retransmisiones televisivas de tantos deportes se acuñaron mil y una expresiones, las cuales quedaron guardadas para mejor uso en nuestros días. Así, sobre los sprints más cerrados del ciclismo, aquellos que precisaban la photo finish y kilo y medio de paciencia para conocer al vencedor, se decía que tal corredor batía a su adversario «por medio tubular» de diferencia. Algo así podría haberse dicho del play off de ascenso a la Liga ARC-1.

Castro, que lo vio todo perdido tras su nefasta regata en Erandio, no solo se impuso en Hondarribia, sino que remontó los 13,00 segundos de ventaja obtenidos por San Pedro B. «La Marinera» le quitó 13,18 segundos a la embarcación morada, con Elantxobe como convidado de piedra, que repetía última plaza. Por ende, la señera trainera de Cantabria regresará a la división de plata del remo gracias a una diferencia de 18 centésimas. O lo que es lo mismo, por medio tubular de distancia.

Traducido al apartado numérico, Elantxobe se quedaba con dos míseros puntos, producto de sendas decepcionantes regatas, mientras que Castro y San Pedro B empataban a 5 puntos, al sumar una victoria y una segunda plaza por cabeza. Tal y como impone el reglamento, el cómputo total de tiempos debía servir como primer criterio de desempate. Castro sumaba un registro acumulado de 41 minutos, 24 segundos y 44 centésimas, por 41:24.62 de San Pedro B, mientras que Elantxobe se perdía con 43:41.68.

Demasiado sufrimiento

Los números no mienten: Castro acompañará a Hondarribia B en la ARC-1. Pero lo cierto es que la presión ha afectado sobremanera en el seno de «La Marinera». Perder el ascenso directo fue un duro varapalo para la trainera cántabra, un varapalo del que se recuperaron justo a tiempo para la voltereta.

Castro sumó 173 puntos en la temporada regular de la Liga ARC-2, sumando un total de cinco banderas y en la que su peor resultado había sido una tercera plaza en la XXVII Regata Villa de Plentzia, disputada el 18 de julio, por detrás de Hondarribia B e Hibaika. Solo la remontada final de la «Ama Guadalupekoa» –no exenta de polémica, por el choque de palas entre Hondarribia B y San Pedro B, y la desestimada reclamación posterior castreña– impidió su ascendo a la categoría de plata.

San Pedro B no consiguió superar a Castro en ninguna regata, salvo en Erandio, y los 13 segundos de margen se antojaban un obstáculo aún más difícil de salvar para los castreños, entre otras cosas porque la «Libia» conocería en todo momento las referencias de su rival.

Pero «La Marinera» salió convencida de cambiar su suerte, y esta comenzó a variar a partir del segundo largo, en el que obtuvo seis segundos de renta. La ventaja se disparó y la barrera de los 13 segundos empezó a parecer superable. Por supuesto, la «Libia» se fajó de lo lindo, pero le sobraron 18 centésimas, medio tubular, para el ascenso.