GARA
PALAMÓS
segunda

Un grave error condena al Alavés a su primer tropiezo

A la media hora de partido, una mano inexistente supuso la expulsión de Carpioy el penalti que dio ventaja a la Llagostera. Manu también vio la roja después.

LLAGOSTERA 3

ALAVÉS 0


Ni tercera victoria, ni liderato. Un disgusto morrocotudo y dos jugadores sancionados es todo lo que se pudo traer el Alavés de su visita a la Llagostera, tras un encuentro claramente condicionado por un error arbitral. A la media hora de partido, Rubén Ruipérez Marín, debutante en la categoría, se inventó una mano de Javi Carpio en el área –el balón le dio en el estómago, como se vio claramente en las imágenes de televisión–, que se saldó con la expulsión del salmantino y el penalti que permitiría a los catalanes tomar ventaja en el marcador. No decidió el partido pero sí lo mediatizó como, en líneas generales, toda su actuación, muy criticada por la expedición albiazul.

Una auténtica lástima porque la jornada se había puesto francamente bien, con los resultados de la víspera, para que el Alavés se asentase en el grupo destacado de cabeza de la tabla. Y porque los gasteiztarras, que pudieron repetir once tras la recuperación de Mora, entraron bien en un partido áspero y sin dominador claro, pero que iba cayendo de su lado con el transcurso de los minutos. Hasta que llegó el treinta, Carpio se fue a la calle y Pitu aprovechó el penalti para adelantar a su equipo.

No se vino abajo el Alavés. Todo lo contrario. Reaccionó con ganas y su juego, aun en inferioridad, fue incluso mejor que en la media hora anterior. El empate se veía venir. Pero llegó antes el descanso. Y la puntilla, con la segunda amarilla a Manu, también por mano, a los cinco minutos de la reanudación. Incluso con nueve, con una actitud encomiable, el equipo de José Bordalás buscó el imposible ante un equipo que, lastrado en el ánimo por sus dos derrotas previas y con un juego bastante pobre, no acababa de verse ganador. Llegaron a pisar el área los albiazules pero, cuando encontró hueco, la Llagostera no perdonó la sentencia. Llegó en el 62, justo después de que un remate de Laguardia estuviera a punto de entrar, con una vaselina de Juanjo Expósito.

Ahí sí se rindieron los gasteiztarras, a los que ya solo les quedó encajar el tercero, sobrepasado el noventa, con la firma del recién incorporado Giva.

Toca restañar heridas y replantear el equipo por las ausencias de los sancionados ante una semana intensa, con la visita copera al Numancia el miércoles y el choque frente al Mirandés del sábado en Gasteiz.

«El fútbol no ha sido protagonista del partido»

Se mordió la lengua José Bordalás pero resultó inevitable referirse a la actuación arbitral para hablar de la derrota de su equipo.

«Es difícil hacer una valoración del partido –admitió– porque el fútbol no ha sido el protagonista del partido. Ha sido otra cosa. El partido se ha roto con las expulsiones, las tarjetas... Un equipo que sin dar una mala patada se va con dos expulsados, diez tarjetas... Ha sido una auténtica locura, hacía tiempo que no vivía algo similar».

El técnico lamentó el tropiezo, por el fondo y sobre todo por la forma, en un choque «en el que teníamos puestas muchas esperanzas y que habíamos preparado bien durante la semana». «En Segunda la derrota te puede llegar en cualquier momento –añadió– y ya avisábamos que este iba a ser un partido largo y difícil. Lo que no me imaginaba era que la derrota podía llegar así. No voy a quitar méritos al rival, que ha hecho su partido, pero no es tolerable que pase lo que ha pasado hoy».

Con todo, Bordalás quiso quedarse con la «actitud» de sus futbolistas, que «no se han rendido, lo han intentado e incluso con nueve han hecho ocasiones». GARA