Una jornada propicia para medir la solidez sicológica
Bera Bera ganó con apuros, Zuazo perdió la imbatibilidad, y Zarautz se estrenó.

Montse Puche declaraba tras el partido de Málaga que casi todos los rivales (salvo Rocasa, y quizá también el At. Guardés) reciben a Bera Bera sin presión, sin nada que perder y con mucho que ganar, con la ilusión y la ambición de jugar bien y sorprender al líder, pero sin asumir el coste añadido de no lograrlo. Es cierto, y obliga al equipo donostiarra a un esfuerzo de concentración, porque en cualquier pista puede tener un mal día.
Otros equipos se enfrentan a problemas diferentes. Por ejemplo Zuazo, que llegaba imbatido a Zarautz pero con la cabeza llena de dudas. Las vizcaínas no están acostumbradas a asumir el papel de favoritas, y la visita venía precedida de varios signos perturbadores. Para empezar, la derrota en pretemporada. Quizá habían intentado olvidarla, pero según avanzaba el partido su recuerdo se empeñaba en volver.
Además conocían el ambiente del Aritzbatalde, donde el público empuja mucho y presiona a los árbitros. Para colmo había un parón en medio, Ainhoa Hernández se lesionó en un entrenamiento con la selección española, fue imposible recuperarla, y eso obligó a Alberto Muñoz a retocar su esquema, en el que la pivote es pieza básica. Pese a todo Zuazo salió a por todas y tuvo su momento, pero los errores iniciales en remates fáciles y la inspiración de Collantes dieron tiempo a que el Zarautz se rehiciera. Y luego pasó lo que pasó.
Aiala Zarautz es uno de esos equipos que deberían jugar sin presión, aunque ese concepto no existe en el balonmano zarauztarra. Su Liga no empezaba teóricamente hasta 2016, y su objetivo era llegar en las mejores condiciones posibles ante rivales como Oviedo y Cleba, marcados con una cruz para pelear por la permanencia. Era lo más razonable para un equipo novato en la categoría y 100% de casa, pero han quemado etapas a toda velocidad y han debido de pensar que, ya que están aquí, ¿por qué no pelearlo todo y hacer cuentas después? Su victoria ante Zuazo les daba la razón.
De los tres equipos vascos, Bera Bera es el más habituado a lidiar con este escenario. Saben lo que les espera y están preparadas. En Málaga sufrieron pero ganaron por 6, y cuando fue necesario Eli Pinedo volvió a salir al rescate. Ahora esperan al Rocasa, que se llevó una gran decepción en la Supercopa. Ambos llegan con los mismos puntos, pero Bera Bera ha ganado 10 de los 12 últimos enfrentamientos que han jugado los tres últimos años. Un arma de doble filo.
La mejor lectura que podría hacer Zuazo de la derrota del sábado es que ya se ha quitado un peso de encima. Sin la mochila de la imbatibilidad sobre sus hombros podrá centrarse en seguir mejorando, tanto en ataque como sobre todo en defensa, donde estuvo muchos minutos a muy buen nivel en Zarautz.
¿Y el Zarautz? Lo que se puede asegurar es que van a dar mucha guerra, y que la victoria solo va a darles más confianza, y no a añadirles más presión. Tienen un par de aspectos a su favor, una plantilla unida y comprometida, con un buen entrenador al frente, una afición entusiasta que nunca les dará la espalda. Y la sensación que transmiten de que no le dan demasiada importancia a esto, que se centran en darlo todo y disfrutar del viaje a tope mientras dura, que es casi como decir que son las que más en serio se lo toman. Si además los resultados llegan... mejor.

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