Fagor CNA Group celebró ayer el primer aniversario de su puesta en funcionamiento tras la caída de Fagor Electrodomésticos hace dos años en un acto en el que su director general, Francisco Martín, avanzó algunas cifras sobre las previsiones para 2016.

En concreto, anunció que prevé cerrar este ejercicio con una facturación de 100 millones y alcanzar los 160 millones el próximo año. Asimismo, informó que espera incrementar en 80 personas su plantilla actual, que asciende a 450 empleados entre esta fábrica, la de Geyser en Bergara y la de Edesa en Basauri.

En el acto que tuvo lugar en el polígono Garagartza de Arrasate también estuvieron presentes el director industrial de Fagor CNA Group, Josu Isasi, la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano y la alcaldesa de Arrasate, María Ubarretxena.

Tal y como se anunció el pasado mes de julio, Martín confirmó los planes de cerrar las plantas de Bergara y Basauri, que fabrican calentadores y termos, para centralizar toda la producción en Arrasate. Sobre el traslado de la producción de Basauri informó que no hay fecha confirmada, mientras que la de Geyser se llevará a Garagartza «en el primer trimestre del próximo año».

Martín, mostró su satisfacción por la «evolución» en la creación de puestos de trabajo en este primer año y afirmó que esperan «seguir avanzando». Reivindicó la importancia de que la empresa entienda también su identidad local, «que en definitiva es su rasgo diferencial y lo que le imprime su carácter», ya que «en última instancia en la comunidad local es donde tienen que repercutir la mayoría de los progresos y beneficios que ésta pueda desarrollar», apuntó.

Martín se solidarizó con el colectivo de trabajadores y extrabajadores de Fagor Electrodomésticos «a los que aún no se les han devuelto sus ahorros y cuyas necesidades no han sido debidamente atendidas».

Movilización

Por su parte, las asociaciones Eskuratu y Ordaindu de afectados por la quiebra de las empresas Fagor Electrodomésticos y Edesa se concentraron para denunciar que los problemas causados «siguen sin solucionarse». Denunciaron que, «por la nefasta actuación de un grupo de directivos de Corporación Mondragon, 2.000 personas perdieran su puesto de trabajo y muchas más sus ahorros», por lo que consideran que hoy en día «no hay nada que celebrar».