Arnaitz GORRITI
Liga ACB

El baloncesto, a enterrar la pelea de marzo en Miribilla

Las sanciones deportivas y económicas por la trifulca empezada por Dejan Todorovic y Shengelia sentaronun ejemplarizante precedente. Los clubes deben atemperar unos ánimos que estallaron de la peor forma.

«Es injustificable. Pero es un hecho tan lamentable que por el baloncesto haríamos todos bien en hablar lo menos posible de ello, porque muchos programas que nunca hablan de baloncesto hablarán de esta pelea», pedía Ibon Navarro el pasado 1 de marzo, minutos después de que el derbi entre Bilbao Basket y Saski Baskonia acabara con una tangana empezada por Dejan Todorovic y Tornike Shengelia, y que terminó con todos los jugadores saltando a la cancha y cuatro jugadores por bando, con el resto expulsados.

Si la pelea la empezó el empujón de Dejan Todorovic a Shengelia después de que el georgiano parara con una dura falta el intento de mate del serbio, o si empezó con el puñetazo de «Toko» a Todorovic, da igual. Lo vivido con posterioridad, con los jugadores convertidos en improvisados gladiadores, un empleado de Bilbao Basket como el exjugador Sergio Sánchez convertido en púgil –desde el club bilbaino no trascendía ninguna medida–, mientras que Ilimane Diop cerca estaría de agredir con una silla a quien se le pusiera delante, convertía aquel episodio en algo más que un lance que se fue de madre.

Menos mal que «pacificadores» como Fernando San Emeterio y el masajista Aitz Landaida evitaron males mayores Menos mal que Ibon Navarro, en un gesto que lo honra, fue directo a interesarse por Josu, un niño de siete años testigo en primera fila de la tangana, así como la «Amama» de Bilbao Basket.

Juntos en el castigo

Una vez calmados los ánimos, no faltaron los twits arrepentidos de los jugadores.

«Lamentable lo sucedido esto no es baloncesto, pero no lo alarguemos más. Lo que sucede en el campo q se quede ahí. Bilbao ha sido mejor», escribía San Emeterio. «SENTIMOS LO SUCEDIDO hoy, esto no es baloncesto!! Olvidarlo y agradecer a Miribilla todo el apoyo durante el partido», añadía un Mumbrú que, en el fragor de la batalla no mostró maneras tan sensatas. «Pido las disculpas a todos! Digo otra vez que no puede pasar eso en un partido de baloncesto! Lo lamento mucho», añadía un Dairis Bertans que no supo refrenarse en el momento de la pelea y acabó trasquilado.

Otras tanganas como la de Rubén Garcés –Estudiantes– con el Real Madrid, o el del túnel de Zurbano con el Real Madrid, terminaron con sanciones económicas, o nada de nada, pero en esta ocasión, es bien conocido el castigo. Cinco partidos de sanción a Shengelia, cuatro para Todorovic, 3.000 euros de multa para los hermanos Diop y Dairis Bertans, por agredir bien a jugadores bien a espectadores.

La lección ejemplarizante unió, eso sí, a los clubes. «A hechos exactos, debieran corresponder sanciones iguales y más cuando aquellas sentencias sobre aquel partido entre Real Madrid y Estudiantes fueron elaboradas por el mismo juez y respaldadas por la propia ACB», incidía el escrito conjunto de los clubes. Sus protestas no surtieron efecto, y los sancionados debieron cumplir religiosamente. «Lo que el Juez Único ha unido, que no lo separe el hombre», ironizaba en su cuenta de twitter el redactor de la web Solobasket Igor Mintegia.

Aprender de los errores

En estas, mañana Miribilla vive a partir de las 13.00 un nuevo derbi entre los hombres de negro y los gasteiztarras.

Es cierto que el ambiente en las gradas se ha agriado, con excesos denunciados por la afición baskonista hacia los miembros de seguridad y medios como «Norte Expréss» anunciando que «Muchos aficionados de Baskonia no quieren ni pisar Miribilla», como si habláramos de un PAO-Olympiacos. Es un derbi y habrá rivalidad, pero el basket y la afición debe prevalecer. Es hora de demostrar que se ha aprendido de los errores.