Pablo CABEZA
BILBO
Entrevista
IñIGO ARRASATE
GUITARRA Y VOZ DE TXAPELPUNK

«Superar obstáculos me ha enseñado a ver la vida de otra manera»

Hace dos meses se cumplían quince años de la edición del álbum homónimo de Txapelpunk. Iñigo Arrasate «Txapel» mantiene el espíritu del grupo intacto en «Punkaren semeak», minicedé publicado por Baga-Biga y donde el lekeitiarra mantiene el ideario del punk-rock: acordes sencillos, buenas melodías, estribillos, ritmo marcado y pasión. La vieja escuela mantiene lustrosos sus pupitres.

Nuestro recuerdo aún ve a un “Iñigito” endiablado con el punk, tanto acelerado como marcando a tiempo medio. Se le recuerda entre el ácido ardor de Etsaiak y el legado que va escribiendo con Txapelpunk, ahora materializado en “Punkaren semeak”, un disco de clásico punk sin decepción y donde el trío vuelca su corazón en canciones inmediatas, inspiradas y de tú a tú. Pocas bandas resguardan el espíritu del 77 como Txapelpunk.

Hace dos meses se cumplieron 15 años de la edición de «Txapelpunk». Cantaba «Akellos maravillosos años» y «Ese soy yo». ¿Sigue habiendo unos maravillosos años? ¿El paso del tiempo fuerza al cambio?

Supongo que habré cambiado, pero no lo noto mucho, vivo encerrado en mi cuerpo conmigo mismo. Soy como un padre que ve a su hijo todos los días y no se da cuenta de que está creciendo. En el día a día no lo nota, pero cuando va por la calle con él y se cruza con alguien que no lo ha visto en tiempo... «¡Qué mayor está el crío!». Soy una persona con altibajos emocionales, supongo que eso entra dentro del ‘nadie es perfecto’. En el tiempo me han pasado cosas a todos los niveles. Superar obstáculos y problemas que me han ocurrido me han enseñado a ver la vida de otra manera, procuro que esta sea cambiante, que no sea siempre lo mismo, siempre lo mismo y más de lo mismo, no mola.

¿Sigue viviendo en Lekeitio o ha tenido que explorar nuevos territorios?

Para mí el salitre es como el café mañanero, estoy enganchado a él. Necesito respirarlo. Si estoy fuera de Lekeitio más de una semana empiezan los temblores, taquicardias... Mi yo me pide salitre y yo le doy Lekeitio. Lekeitio siempre me ha inspirado mogollón, hay buen ambiente y buenos sitios para ver y estar. En verano, después de haberte dejado la piel en la playa, una cañita y un pincho en el Norai entran que te cagas. Agina es una casa que vive (digo que vive porque tiene vida) en Zamudio. Es ahí donde he compuesto muchas de mis canciones. En Agina me encuentro bien, es lugar de encuentro familiar, bien sea para celebrar algo o porque sí. Tengo un suegro que a todo cantante le gustaría tener. Además de ser una de las mejores personas que conozco canta de la hostia. Gracias a él, he descubierto el mundo del karaoke, a veces montamos el karaoke en casa. Nino Bravo, Nicola di Bari o Sergio Dalma son algunos de los artistas a los que karaokeamos.

Lekeitio tuvo uno de los primeros gaztetxes, cerca del mar. Además había mucho ambiente musical en el pueblo y se hacían bastantes conciertos en el polideportivo.

Es diferente. En Lekeitio hay mogollón de grupos. Ensayamos todos en el Kulturetxe, en un lugar acondicionado. Nosotros ensayamos los miércoles, escupimos repertorio, tomamos una cerveza en el bar de siempre, otra en el de casi siempre, un abrazo y hasta otra. Mi hermano Atrofi vive en Gasteiz, por lo que muchos jueves me voy para allá y le damos unas vueltas al repertorio. Aunque donde más caña le doy es en casa. Toco casi siempre a pelo sin ampli o con una guitarra electro-acústica. Mis vecinos nunca se han quejado aunque sé que a veces se me ha ido la mano con el volumen. ¡Un saludo y mil gracias para ellos!

Fue vocalista de M.C.D. durante un par de años. Sería como un sueño cantar en una banda con canciones tan clásicas y tipo himno.

Eskorbuto, Cica, RIP... y M.C.D. tienen parte de culpa de que esté aquí escribiendo estas líneas. Un día me llamó Neil y me dijo que estaban buscando cantante, y cuando aquello andaba bastante liado, y le dije que no quería comprometerme y luego no poder cumplir, ya que Txapelpunk era mi grupo y le iba a dar prioridad en caso de chocar. Me dijo que tranqui, que era lógico y que «no problem». Quedamos esa misma semana, el sábado a las 19 en el bar Helguera del barrio de Rekalde (que después se convirtió en el bar de siempre de después de cada ensayo de M.C.D.). A las 18.58 estaba aparcando y sonó el teléfono, era Joakin. «Aupa Jokin...». «Qué tal Iñigo, dónde andas?», «aparcando», «Ok, te estoy viendo», «ok, estamos». Así empezó mi andadura con M.C.D. Llevábamos tres ensayos y nos invitaron a tocar en Durango. Hicimos un ensayo más y nos apuntamos. En dos años hemos hecho bastantes cosas, aparte de tocar, grabamos un directo en la sala Santana 27 de Bilbo. A este directo le añadimos 8 temas nuevos grabados en los estudios Rockstar con el gran –digo gran porque es grande– Carlos Creator. Desde octubre ya no estoy en M.C.D. Dejé el grupo porque ya no podía con todo. La mochila empezó a pesar demasiado y saqué de ella a M.C.D. Hemos pasado buenos momentos juntos y les deseo lo mejor. Para mí el cantar “No más punkis muertos”, “Vomitaré” o “Popatik hartzera” arropado por Neil, Jonan y Joakin ha sido como un sueño.

Sigue adelante con Txapelpunk, que con este «Punkaren semeak» se convierte en la séptima referencia. Parece que el punk le rodea, que no hay por dónde escaparse.

Un buen día cayó en mis manos una cinta de R.I.P., al poco me hice con un directo de M.C.D., luego con la maqueta de Eskorbuto. Todos sonaban a rotos, pero eran gloria. Con 16 años ya tenía mi primer grupo, Askatu. Una vieja torre de música era el ampli de guitarra, el bafle era un megáfono y los micros los hacíamos nosotros. El primer grupo que tocó en el gaztetxe de Ondarroa fuimos nosotros. Vinieron a buscarnos en un camión cerrado. Introdujimos la batería, los amplis, luego nos metimos nosotros, cerraron el portón y venga, para Ondarrroa. Echamos buenas risas, tocamos dos veces ya que no teníamos mucho repertorio. Tocamos el primer pase, fuimos a un bar a tomar algo, pedimos kalimotxos, pero no nos servían, nos veían muy jóvenes. Total, ¡que fue ahí donde inventamos el botellón! Otro concierto que recuerdo fue en el gaztetxe de Lekeitio, tocamos con Kortatu, inolvidable, en aquella época ensayábamos en el gaztetxe. Debajo de nuestro local ensayaba un grupo casi peor que nosotros, sonaban bastante mal, pero tenían unos temazos de la hostia. Empecé a ir a verles ensayar, pero aquello se convirtió en un siempre. De repente Etsaiak pasó a ser el grupo que más me gustaba. El gaztetxe de Lekeitio tenía mucha vida, había conciertos casi cada fin de semana, tenía locales de ensayo, taller de serigrafía, local de txalaparta, etc. En el frontón se hacían conciertos también. Todo aquello caló en mi vida. Sí, fueron «aquellos maravillosos años»

El disco no es muy largo, pero también es una tendencia.

La canción nace sabiendo hablar. Lo primero que me dice es dame esta letra y cántame de esta manera, lo que hago es darle aquello que me pide. Me gusta provocar momentos de inspiración ayudándome con un buen café y dejándome llevar.

 

«Somos un grupo emocional, un grupo de sentimientos que hace más fuerte a Txapelpunk»

En «Tú y yo» menciona a la muerte y esta vuelve a estar presente en «Esclavos de la droga».

Droga y muerte, muerte y droga. Todo es droga y droga es muerte. De pequeño me decían que todo lo que creaba dependencia era droga. Grupos a los que ha estado enganchada la droga se los ha llevado a la muerte. La droga también te puede llevar a la esquizofrenia o a otras enfermedades mentales. Televisión, tabaco, alcohol, móviles, el juego... Todo es droga, somos esclavos de la droga. Estar enganchado a una droga es como estar muerto. Nunca diré a nadie que no vea la tele, que no fume o que no se meta rayas. Cada uno verá lo que hace. “Tutxi” (canción del primer disco) es una canción informativa del speed y sus efectos. La letra es aplicable a todas las drogas. Cuenta lo bueno y lo malo, luego... tú verás. La heroína, el speed, la coca se han llevado a mucha gente a la muerte y a la locura, y por eso estoy enfadado con ellas.

¿Quiénes le acompañan en Txapelpunk?

Atrofi es mi hermano. Cuando tenía año y medio me vio nacer, un 6 de enero de 1971. En realidad siempre hemos tenido grupo. El primero fue cuando todavía no sabíamos ni hablar y balbuceábamos canciones populares como “Antero txamarrotia” (canción de Lekeitio), ensayábamos en la habitación que compartíamos, ya sabes, somos cinco hermanos. En Askatu él tocaba el bajo ya que me lesioné la mano y teníamos conciertos a la vista, se le daba bastante bien, nunca había tocado el bajo y en dos semanas ya tocaba las canciones mejor que yo. Atrofi tocó las cuatro cuerdas en Etsaiak cuatro o cinco años y es el bajista de Txapelpunk desde 2002. Está en otras dos bandas, Donnadies y End, ensayan en Gasteiz. Toki es más joven, tiene 38 años y está en Txapelpunk desde 2008. Por diferentes motivos hemos tenido idas y venidas con varios baterías. La llegada de Toki a los palos le ha dado estabilidad al grupo, es un tío aplicado. Aparte de Txapelpunk, los tres formamos otro grupo. Un grupo emocional, un grupo de sentimientos que hace más fuerte a Txapelpunk.P.C.