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LisboA

Rebelo de Sousa será el próximo presidente de Portugal

El candidato derechista Marcelo Rebelo de Sousa, el favorito de todas las encuestas, lideraba anoche con claridad el escrutinio de las elecciones presidenciales lusas, con más del 50% de las papeletas, lo que le permitirá eludir una segunda vuelta.

Marcelo Rebelo de Sousa se perfilaba anoche como ganador de las elecciones presidenciales lusas, celebradas ayer en primera vuelta, con el escrutinio prácticamente cerrado. De confirmarse esos resultados, Rebelo de Sousa, de 67 años y muy conocido porque durante más de diez años fue un influyente comentarista político en televisión, se convertirá en el nuevo jefe del Estado en sustitución de Aníbal Cavaco Silva, quien ha ocupado durante una década el cargo.

El recuento al 99% le otorgaba el 52,11% de los apoyos, dos puntos más de los que necesita para evitar una segunda ronda, frente al 22,72% que habría logrado su principal rival, el académico António Sampaio da Nóvoa, próximo al Partido Socialista (PS). Por detrás, la eurodiputada del Bloco de Esquerda Marisa Matías (10,13%) y la exministra de Salud Maria de Belém (4,28%), del PS.

El escrutinio confirmaba así los sondeos de las últimas semanas a favor de Rebelo de Sousa, quien fue líder del Partido Social Demócrata (PSD, derecha) entre 1996 y 1999 y ejerció como secretario de Estado y como ministro de Asuntos Parlamentarios a principios de los 80. Desde entonces, se mantuvo fuera de la vida partidaria y volvió a su actividad docente como catedrático universitario.

El jefe de Estado tiene derecho a disolver el Parlamento, un arma decisiva mientras el actual Gobierno del PS depende de su alianza con el Partido Comunista y Bloco de Esquerda.

«Absolutamente absurdo»

«Seré el presidente de cualquiera de las partes», ha señalado varias veces Rebelo de Sousa, un experto constitucional que se ha comprometido a ser «un árbitro». Para disgusto de la derecha, que depende de su candidato para recuperar el poder, Rebelo de Sousa tildó de «absolutamente absurda» una eventual disolución del Parlamento a su llegada a la Presidencia.

«No va a ser el enemigo político del Gobierno socialista», señaló a AFP el politólogo Antonio Costa Pinto, pero agregó que ante una crisis «no dudará en convocar nuevas elecciones, si existe la certeza de que darían lugar a una mayoría estable».