Asier AIESTARAN
TENIS

Arruabarrena, salpicada por un presunto caso de amaño

Se trataría del partido de dobles mixto que jugó en Australia con David Marrero, el gran señalado.

La tenista tolosarra Lara Arruabarrena saltaba a la palestra en la jornada de ayer por una razón desagradable. Un artículo del “New York Times” denunciaba el presunto amaño del encuentro de dobles mixto que disputó el domingo la guipuzcoana junto a David Marrero en la primera ronda del Open de Australia, y que acabó con una clara derrota de ambos contra la dupla formada por la checa Andrea Hlavackova y el polaco Lukasz Kubot: 6-0 y 6-3 en 49 minutos.

En un ambiente enrarecido por las recientes informaciones sobre amaños publicadas en la BBC, el diario estadounidense reproduce unas declaraciones de Marco Blume, el encargado de deportes de la casa de apuestas Pinnacle Sports, «una de las más grandes del mundo», según el “NY Times”. Blume viene a decir que decidieron suspender las apuestas del partido en cuestión 13 horas antes de que comenzara, dando el correspondiente aviso a la Policía, porque detectaron apuestas mayores que las habituales y todas a favor de los finalmente ganadores.

El artículo afirma que ese mismo partido generó más de 25.000 dólares en apuestas en la compañía Betfair, mientras que otros tres partidos de la misma ronda apenas generaron 2.000 entre los tres ese mismo día. Blume añade que el plazo para apostar en ese partido se abrió el jueves a primera hora de EEUU, con favoritismo para Hlackova y Kubot, pero viendo todo el dinero que se apostaba a favor suyo tuvieron que cambiar las cuotas el sábado. Incluso redujeron el máximo habitual de 500 dólares a solo 100 por las sospechas que se empezaban a generar. Apenas 9 minutos después los propios apostadores decidieron suspender el partido.

Marrero aduce una lesión

En la edición digital del artículo se hace un repaso a lo acontecido en el encuentro, con vídeos incluidos, y lo cierto es que todas las acciones sospechosas que se analizan señalan directamente a David Marrero: dobles faltas, golpes no muy ortodoxos y lo que en general se entiende como «poca agresividad» sobre la jugadora femenina rival. El canario se defendió aduciendo que jugó mermado por una lesión de rodilla, y Arruabarrena, que queda bastante al margen, se preguntaba si alguien podía haberse enterado de esa lesión, algo que ellos no comunicaron fuera de su entorno.