Raimundo Fitero
DE REOJO

Gallinero

La banda de Rajoy tiene más tramas que una serie costumbrista de la hora de la siesta. Los cien mil novelistas de Fernández Díaz se van a quedar sin nombres en este intento desesperado de fragmentar lo que se debería llamar simplemente “financiación ilegal del PP.” Lo de Púnica, Taula, Gürtel son ramificaciones, clanes de la misma organización. Quienes somos asiduos a las novelas policíacas estamos acostumbrados a convivir con estos organigramas. Pero esta transición, este vacío de poder, esta previsible pérdida de control de los resortes judiciales va a provocar este tsunami de caso de corrupción que son la corrupción más genuina: la de Mariano y sus cientos de ladrones espontáneos.

Por eso la reticencia para formar gobierno: viene una recesión económica brutal y este destape de todas las ollas judiciales. Por eso aparece Mister X para poner orden y decirle a Sánchez que a lo suyo, a esperar unas semanas a que lo decapiten y deje de tocar las pelotas con sueños de grandeza. Rajoy se ha entregado ya a la coalición, le interesa seguir un rato más hasta que un juez y un fiscal libre lo acusen directamente. Pero si está arropado por los suyos, ese Rivera tan pepero y los barones y baronesas del PPSOE, se siente mucho mejor.

Mientras los de Podemos, tema único de las cloacas mediáticas, van aprendiendo a marchas forzadas dónde se han metido. Ya habrán entendido porque ese indocumentado de Patxi López está puesto por Celia Villalobos y sus dos mil enanitos. Los del tridente colocan a los diputados de la tercera fuerza parlamentaria en el gallinero. No es mal lugar. Donde el pueblo. TVE cuando enfoque sus cámaras ofrecerá la inmovilista uniformidad de los que son la misma cosa: la banda de Mariano, sus clones de Ciudadanos y los que no saben si son de Sánchez o no, pero les da lo mismo. Cobran igual.