Natxo MATXIN
segunda

Rocoso líder, bache rojillo y más problemas rojiblancos

El Alavés sigue firme en su camino al ascenso, mientras que Osasuna sufre su primera crisis del ejercicio.

Nunca llueve a gusto de todos. Tampoco en el fútbol. La vigesimoquinta jornada liguera en Segunda dejó para los nuestros marcadores poco edificantes y sensaciones contrapuestas, desde la satisfacción babazorra por el difícil punto cosechado en Anduva hasta la decepción rojilla por el triste encuentro protagonizado en Butarque, pasando por la enésima derrota del Bilbao Athletic, a la que sumó el problema de las lesiones.

El Alavés sigue teniendo una relativa cómoda distancia respecto a sus perseguidores, cuyos nombres han variado en estas últimas jornadas, apareciendo equipos inesperados, caso del Leganés o el Nàstic. Los trabajados empates que se han conseguido en Oviedo y Miranda han permitido, junto a la consistencia casera, que esa media inglesa posibilite a los de José Bordalás estar a más de un partido de diferencia de sus rivales.

Independientemente de la importancia de los puntos, lo cierto es que el Glorioso ha transmitido hechuras de bloque que, pese a verse dominado por el adversario, no se descompone. Esa aguerrida presencia sobre el verde, tildada las más de las veces como «violenta» por las críticas previas de los contrincantes, algo que le llevó a explotar al preparador alicantino tras el envite de Anduva, no hace sino confirmar la seria candidatura del cuadro albiazul para ascender a Primera.

En su mano está el objetivo del retorno a la máxima categoría, a la vista de la irregularidad del resto de adversarios. Si el conjunto alavesista mantiene la línea que viene ofreciendo en las últimas jornadas –y nada hace pensar que ello no vaya a ser así–, no debería tener problemas para sujetar el liderato, aunque sin confiarse, pues algunos históricos, como Zaragoza y Valladolid, ya vienen empujando desde abajo.

No como un Osasuna que hace no mucho tiempo ostentaba esa cabeza de la tabla y que en las últimas fechas ha entrado en una crisis de juego y resultados –ha coincidido con la ausencia de algunos futbolistas claves– que le han llevado a aban- donar los puestos que dan derecho a pelear por subir. En situaciones de este tipo es cuando se demuestra de qué pasta está hecho el vestuario y si el técnico sabe encontrar rápidas soluciones a la sangría.

Para empezar, Enrique Martín podrá recuperar para el próximo domingo a Merino –ayer el club rojillo hizo oficial su traspaso al Dortmund– y Roberto Torres, dos elementos imprescindibles en la sala de máquinas rojilla, y los más veteranos deberán demostrar su liderazgo y que saben tirar del carro ante una bisoña plantilla. Pulir los errores que últimamente se vienen cometiendo atrás y, sobre todo, saber generar fútbol ofensivo son los dos retos que les aguardan en las sesiones de trabajo que reanudarán mañana.

Porque el inmediato calendario que le espera al cuadro navarro es de aúpa y de lo que ocurra en estas próximas fechas pueden muy bien depender las opciones para mantenerse en la lucha por volver a Primera. Zara- goza, Córdoba, Lugo y Ala- vés –fuera de casa frente a andaluces y gallegos– es la empinada cordillera que deberán ascender los de Martín cuando parecen disponer de menos oxígeno.

La visita de los maños, al alza tras su triunfo en el Nuevo Arcángel y obligados a subir para no verse en un serio aprieto financiero que ponga en cuestión la existencia del club, debe ser el inicio de la reacción rojilla.

Undabarrena, lesionado grave

Problemas más acuciantes son los que tiene el Bilbao Athletic, inmerso en salvar una categoría a la que por ahora no acaba de amoldarse. Si el triunfo en Mallorca podía hacer pensar en un cambio de rumbo de los de Cuco Ziganda, el quinto tropiezo en propio campo, esta vez ante el Valladolid, hizo volver a la realidad a unos cachorros que continúan errando en ataque y defensa, lo que les lastra sobrema- nera en la clasificación.

Por si los problemas deportivos no fueran suficientes, el filial rojiblanco sigue inmerso en una vorágine de lesiones que impiden al conjunto vizcaino disponer de sus mejores futbolistas para la tarea de salir del pozo. El último en engrosar la enfermería, y además de manera grave, ha sido Iker Undabarrena. El de Gorliz, que tuvo que ser retirado al inicio de la segunda parte con fuertes muestras de dolor en su rodilla izquierda, sufre la rotura del ligamento cruzado anterior y del menisco interno de su articulación. La temporada desgracidamente se ha terminado para él.

Un serio contratiempo para Ziganda, dado que el centrocampista vizcaino había sido uno de los puntales de su once –23 partidos disputados, 21 como titular, 12 completos– junto a Vesga en el doble pivote, por lo que ahora deberá buscar recambio, presumiblemente siendo Gorka Iturraspe quien ocupe su hueco. Los cachorros, que han retornado al farollilo rojo tras el triunfo de la Llagostera, jugarán el sábado en Alcorcón.

Iraultza 1921 sufre trabas con el material de animación

Como ya ocurriese en su desplazamiento a Oviedo, Iraultza 1921 volvió a sufrir más trabas en Anduva para introducir su material de animación, una situación que ha denunciado este colectivo al haber cumplido con la normativa existente.

En concreto, efectivos de la policía española y de la empresa de seguridad del estadio burgalés impidieron que miembros de este grupo entrasen en el campo con un tifo (mosaico), que rezaba «Gure pasioaren kolore maiteak», además de otro tipo de material de animación, caso de bufandas, banderas y otros accesorios. Se da la circunstancia de que, tal y como especifica la legislación actual en la materia, Iraultza 1921 trasladó al Alavés con antelación sus intenciones de introducir todo este tipo de elementos para dar colorido a las gradas y el club babazorro lo hizo al Mirandés, sin que se recibiese ningún tipo de comunicación en contra.

Los problemas comenzaron en la misma entrada al campo, cuando los citados responsables policiales negaron la posibilidad de acceder al mismo con dicha pancarta, al considerar que estaba confeccionada con material que no era ignífugo –durante todo el encuentro no cesó una intensa y fría lluvia–, ni tampoco con unas banderas que, como criticó Iraultza 1921, «sí pudimos pasar la campaña pasada porque se consideraban válidas», pero en esta ocasión, no.

Lo acontecido en Anduva no ha sido sino el último episodio de prohibiciones a este colectivo. Sin ir más lejos, en el Tartiere hace quince días también sufrieron trabas para introducir material acústico.N.M.