El Ibex rebotó ayer con fuerza para acabar por encima de los 8.200 puntos, después de que el miércoles se había desplomado hasta los 8.000 puntos. La volatilidad de estas semanas viene motivada en parte, según muchos expertos, por los vaivenes del petróleo y la posibilidad de que rompa al alza o la baja la actual franja de precios. Por otro lado, ayer se daba la espalda a lo acontecido en las bolsas chinas, que cayeron con estrépito en Shangái (-6,41%) y Shenzhen (-7,34%), algo verdaremente extraño visto los efectos de anteriores hundimientos de las cotizaciones. La luz de la jornada, dentro del ámbito macroeconómico, vino principalmente desde Estados Unidos, donde los pedidos de bienes duraderos crecieron un 4,9% en enero, frente al 2,9% esperado. Asimismo, las peticiones semanales de subsidio de desempleo apenas se desviaron del pronóstico previo. Por su parte, el índice alemán GFK de confianza del consumidor sorprendía con una subida en la proyección de marzo. Con todo, es prematuro avanzar que este rebote pueda ser la antesala de un largo tramo al alza, dado que los datos negativos globales, las fuertes caídas en las materias primas y el pesimismo general han creado un muro difícil de superar. El Ibex saltó un 2,52%, hasta los 8.215,60 puntos. En Fráncfort (+1,79%), París (+2,24%) y Londres (+2,48%) también se vieron ascensos notables. En el Ibex, las ganancias fueron lideradas por Mediaset (+9,19%), IAG (+5,89%) y Telefónica (+5,10%). Entre los grandes valores, Inditex, Repsol, BBVA y Santander se apuntaron más de un 2% en la jornada. Por su parte, Dia (-4,50%) encabezó las bajadas. En París, Technip (+11,56%) era catapultado por sus resultados. Las acciones de Peugeot (2,81%) registraron la mayor pérdida.