Oihane LARRETXEA
ZUBIETA

La ciudadanía pide cordura y corazón para paralizar la incineradora

Las siete marchas que por la mañana partieron de distintas localidades de Gipuzkoa se encontraron en Zubieta para pedir la paralización de la incineradora. «Quien tiene cabeza no la desea en su casa; quien tiene corazón no la desea en la de otro», expresaron.

Las marchas en contra de la incineradora que partieron por la mañana desde Andoain, Zizurkil, Hernani, Añorga, Lasarte-Oria, Usurbil y Zubieta abarrotaron el frontón de este último para pedir cordura y corazón. «Quien tiene cabeza no quiere una incineradora en su pueblo; quien tiene corazón no la desea en el pueblo vecino». Convocados por el Movimiento contra la Incineradora, integrado por plataformas Zero Zabor y colectivos ecologistas, ciudadanos reclamaron a la actual Diputación de Gipuzkoa que pare una infraestructura que consideran «cara», «innecesaria» y «contaminante».

Asimismo, conminaron a ayuntamientos y mancomunidades a «no colaborar ni financiar un proyecto que para los ciudadanos no representa más que un cáncer y una carga económica enorme» e instaron a poner en marcha alternativas «más adecuadas y baratas» que se «pueden implantar localmente y generan numerosos puestos de trabajo».

Gente de todas las edades hacían piña con un mismo objetivo. Leire, vecina de Usurbil, había acudido con sus dos hijos pequeños. Los estudios publicados afirman que serán las generaciones futuras quienes sufran las mayores consecuencias y, precisamente, es su salud lo que le preocupa de forma especial. Según contó a GARA, desde la ventana de la habitación de su hijo mayor se ve el terreno donde se prevé construir la planta y con viento del norte los residuos llegarían directamente.

Al matrimonio formado por Peio y Arantxa no les afecta tan directamente porque viven en Beasain, pero se les veía igual de preocupados. «Deberíamos dejar de mirarnos nuestro propio ombligo y ser más generosos con el prójimo. Y si no, ¿por qué no se hace una consulta para ver qué pueblo quiere la incineradora? –propuso Arantxa–. Por si acaso por el momento no hay voluntarios…». Su esposo consideraba que «nos falta compromiso, empezando por la separación de las fracciones en casa».

«Afán de negocio», «tomadura de pelo», «sinsentido» y «engaño» fueron algunos de los calificativos que los asistentes consultados por este diario citaron al ser preguntados sobre la infraestructura.

Ion, vecino de Leaburu, lo tildaba de «vergonzoso», y se preguntaba cómo con las cifras en reciclaje que ha logrado Gipuzkoa esté sobre la mesa semejante proyecto, «más si cabe cuando Europa está avisando de que para 2020 no se podrá incinerar». Según recordaron los organizadores, «más del 90% de los residuos son reciclables o compostables».

Iniciativas para pararlo

En declaraciones a GARA, la portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Donostia, Amaia Almirall, corroboró con su presencia la posición de su partido y anunció que seguirán presentado iniciativas a nivel municipal para tratar de impedir su construcción.

Al igual que la coalición, el grupo ecologista Eguzki también ensalzó la cantidad de gente que se acercó hasta Zubieta, lo que indicaba, en su opinión, que el movimiento ha resucitado, «no que vaya a resucitar», matizó. Desde el colectivo pro medioambiente no dan la batalla por perdida «ni mucho menos», y consideran que «puede haber sorpresas» de aquí a primavera, cuando la Diputación de Gipuzkoa prevé licitar las obras en esas fechas. No obstante, agregaron que hay que seguir peleando.