EDITORIALA
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3-M: reconocimiento social, nula justicia

Todos los actos en torno al 3 de Marzo en Gasteiz han sido realmente concurridos: las charlas de los días previos, el museo de la memoria en que se ha transformado el barrio de Zaramaga, los homenajes matinales de ayer y la culminación de todos ellos en una impresionante manifestación. Uno de esos homenajes corrió a cargo de la Corporación municipal, pero no fue el único gesto institucional, ya que también el Parlamento de Gasteiz reclamó al Gobierno español el reconocimiento y reparación a las víctimas de aquel ataque policial y denunció la negativa de la Justicia española a investigar los hechos.

El notable reconocimiento popular, ahora también institucional, hacia quienes más crudamente padecieron la masacre no ha surgido de la nada, sino del enorme tesón principalmente de las propias víctimas, arropadas por algunos partidos, sindicatos y movimientos sociales, que durante años han insistido en la necesidad de obtener verdad, reparación y justicia. Y lo han hecho ante la indiferencia de las instituciones y en ocasiones bajo la represión de estas, como ocurrió hace diez años cuando la Ertzaintza cargó con dureza contra los manifestantes que recordaban a los obreros masacrados y reclamaban justicia para ellos.

Una justicia que está por llegar y que han impedido los sucesivos gobiernos españoles en una actitud que los parlamentarios del PP en Gasteiz siguen haciendo suya. La actitud de quienes sacralizan la ley pero se niegan a aplicarla cuando afecta a sus querencias políticas, quienes señalan la impunidad entre los muros de las cárceles y defienden la de los responsables de hechos como los de Gasteiz. Hoy como entonces, al servicio de una patronal intransigente que, por cierto, jamás se ha dado por aludida ante la denuncia de los lamentables sucesos del 3 de Marzo, cuando su postura de negarse a negociar con los trabajadores, y reconociendo como único interlocutor al sindicato vertical franquista, tuvo una relación directa con ellos.