En 1976 la Policía Armada gaseó la iglesia de San Francisco y abatió a cinco trabajadores y dejó más de un centenar de heridos en el barrio de Zaramaga. Ayer, 40 años después, más de 12.000 personas tomaron las calles de Gasteiz para rendir homenaje a las víctimas, que continúan reivindicando un reconocimiento efectivo por parte de las instituciones. «Efectivo para que el Estado español reconozca la verdad de lo ocurrido. Efectivo para lograr la justicia que las familias y las víctimas merecen. Y efectivo para terminar de una vez por todas con el modelo de impunidad del Estado español, donde, a día de hoy, se siguen vulnerando derechos humanos e incumpliendo la legislación internacional», destacó Eva Barroso, integrante de Martxoak 3, al término de la marcha convocada por ELA, LAB, ESK y Steilas.

Los sindicatos recordaron a los fallecidos, así como a Juan Gabriel Rodrigo y Vicente Antón Ferrero, víctimas de la represión ejercida por las fuerzas de seguridad en Tarragona y Basauri en los días posteriores. «Estos siete trabajadores y las cientos de personas heridas, que salieron a las calles para defender los derechos de la clase trabajadora, pusieron las bases para que hoy todos los que estamos en esta plaza podamos ser personas y no esclavos del capital», destacaron Susana Egia (Steilas) y Begoña Vázquez (ELA), quienes señalaron a los presentes que la jornada de ayer también era un día de «compromiso».

«Nadie nos regalará nada, al revés. Es más previsible que intenten arrebatarnos lo que no han podido robarnos, y, por eso, os animamos a seguir el caminando y luchando. Hagamos de nuestro esfuerzo el arma que posibilite un verdadero cambio político y social», manifestaron antes de dar paso a las ofrendas florales en el monolito de la plaza del 3 de Marzo, que ayer se convirtió en un punto de encuentro para instituciones, formaciones políticas y sindicatos.

«Contra toda la sociedad»

El acto institucional estuvo protagonizado por el diputado general de Araba, Ramiro González, y el alcalde de Gasteiz, Gorka Urtaran, que instó al próximo Gobierno español a investigar lo ocurrido en Zaramaga, depurar responsabilidades y reconocer a las víctimas del 3 de Marzo como «victimas del terrorismo». «Esa es la fórmula para seguir avanzando en la convivencia», destacó.

Una vez finalizado el acto institucional, llegó el turno de los sindicatos CCOO, ESK, SAT y LAB; y de EH Bildu, que, por boca de Miren Larrion, recordó que en 1976 la Policia Armada no solo atentó contra los trabajadores que se encontraban en la iglesia de San Francisco. «Atentó contra toda una ciudad, atentó contra la libertad y los derechos. Atentó, en definitiva, contra toda la sociedad».

«Hace 40 años esta plaza olía a gases lacrimógenos, a los disparos de la Policía, a miedo y sangre. Pero también olía a esperanza, a un nuevo tiempo de libertad donde se respetasen los derechos civiles y laborales de todas las personas. Olía a cambio. Y hoy esta plaza del 3 de Marzo huele a cambio», señaló la edil soberanista, antes de indicar que «quienes entonces intentaron parar el movimiento por el cambio son los mismos que nos imponen la reforma laboral, la Ley Mordaza, los recortes en sanidad, educación o los servicios sociales básicos».

El Parlamento pide que se depuren responsabilidades

El Parlamento de Gasteiz mostró ayer su solidaridad con las víctimas del 3 de Marzo, y constató la inacción de la Administración de Justicia, a la que demandó que asuma la normativa internacional sobre derechos humanos y, en consecuencia, proceda a investigar aquellos hechos para depurar las responsabilidades penales que puedan derivarse. Asimismo, la Cámara autonómica exigió al Gobierno español que otorgue a las víctimas el reconocimiento que les corresponde. En este sentido, advirtió de que las víctimas de la violencia policial deben tener derecho a reparación, rehabilitación e indemnización, «en igualdad respecto de otras víctimas y sin ningún tipo de discriminación o escalonamiento».

Así lo recoge una enmienda de transacción firmada por PNV, EH Bildu y PSE, y aprobada por unanimidad tras un tenso debate. Una discusión marcada por la espantada de los parlamentarios del PP, que abandonaron temporalmente el pleno después de que la presidenta, Bakartxo Tejeria, expulsara al único representante de UPyD, Gorka Maneiro. Este, al igual que los electos del PP, interrumpió en repetidas ocasiones al parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga, que rechazó la votación por puntos, solicitada por el PP. «No valen las buenas condenas, no valen solidaridades vacías», indicó tras señalar que Manuel Fraga, uno de los responsables de lo ocurrido en Zaramaga; Iñaki Oyarzábal, quien en 2014 afirmó que la muerte de los cinco obreros obedeció a «un exceso» en una carga policial; Carmelo Barrio, que defiende que la llamada Transición fue «modélica», y Falange, cuyas pegatinas aparecieron en los monolitos por las víctimas en Gasteiz y Dulantzi atacados el martes, «no son sino expresiones de una misma realidad política». «No son sino expresiones de una idéntica sensibilidad política. No son sino las piezas de un mismo puzzle», subrayó el parlamentario soberanista.I.S.