Jon ORMAZABAL
Parejas

La penúltima labor de empresa de Bengoetxea

Su victoria junto a Untoria ante Ezkurdia-Barriola los clasifica para semifinales junto a Artola-Albisu.

BENGOETXEA-UNTOR 22

EZKURDIA-BARRIO 20

 

No ha sido, ni mucho menos, el pelotari más mimado por su empresa, pero Oinatz Bengoetxea realizó ayer en Altsasu su penúltimo cometido para Asegarce obteniendo una victoria que permite que la promotora bilbaina cuente con tres parejas en una liguilla de semifinales que comenzará la próxima semana, ya que Artola-Albisu también estarán en ella a pesar de haber perdido el sábado. La diferencia en la definición entre el delantero de Leitza y Joseba Ezkurdia fue el principal factor diferenciador en un partido irregular y que terminó enredándose por esas lagunas del reglamento que dejan siempre a los pelotaris en la más absoluta indefensión.

Desde luego que, repetir el gesto de refugiarse en los vestuarios con los descansos reglamentarios agotados con 21-17 en el marcador no fue nada elegante, y creó el más que comprensible enfado de Ezkurdia, pero si lo del Manomanista fue una pillería –sin castigo alguno para el de Leitza– para tomar aire, ayer lo hizo 15 tantos después de que pudiera haberse retirado, con el pase a semifinales en el bolsillo y sin asumir más riesgos en torno a una lesión en su tobillo izquierdo, producido al poco de comenzar el partido.

Porque en lo económico el sistema de competición ha vuelto a dar un gran resultado a las empresas, con la emoción en todo lo alto hasta el partido 54 de la liguilla, ¿pero se imaginan el escándalo si el de Leitza hubiera suspendido una vez que consiguió el tanto 14 que les daba el pase a semifinales?

Opción de elegir rival

Pues el reglamento y una dejada al txoko de Bengoetxea VI en pleno despegue colorado tras un inicio bastante nivelado dio a los vigentes campeones la oportunidad para elegir rival en la primera jornada de semifinales, en la que habrá que ver si Oinatz está en condiciones de jugar. Con evidentes gestos de dolor y habiéndose retirado a vestuarios en el primer descanso largo televisado, ahí le cobraron los jueces uno de los dos parones que disponen por ley, los vigentes campeones podrían haber apostado por ser conservadores, haber guardado fuerzas de cara al domingo que viene y escoger, a priori, una pareja menos peligrosa de cara a su estreno en la liguilla. A ley, o a reglamento, hubieran estado en todo su derecho, hubieran creado una agrio debate ético, pero decidieron seguir por la vía más convencional, beneficiaron a su empresa y terminaron enfrascados en un feo final de partido que, para más inri, pudo ser el último en un campeonato para un pelotari ejemplar como Abel Barriola.

Sin llegar a brillar en ningún momento, Ezkurdia y Barriola volvieron a vaciarse en la cancha, lograron exprimir hasta la última gota de sus rivales cuando se acercaron 21-20, pero les volvió algo de decisión o mordiente y se quedaron fuera.