Vela ha sido el protagonista de la semana porque su peculiar forma de entender el fútbol y la vida, la misma que le llevó a querer seguir en la Real sin pretender ir a equipos más grandes, ahora se ha convertido en un problema. Cuando un futbolista no responde al patrón habitual eso le lleva a irse de fiesta y a dejar de ir a entrenarse o a querer irse a la liga estadounidense con 27 años a tomarse el fútbol todavía con más tranquilidad a pesar de que le quedan dos años de contrato y él mismo presionó a la Real para que pagara once millones más al Arsenal. Si no se hubiera pagado esa cantidad todos entenderían que se fuera gratis en junio. Ahora el problema es que la MSL no ofrece pagos por traspasos y el Consejo lo va a tener difícil para buscar una buena solución.