Quienes se acuerden de “Las aventuras de Priscilla, reina del desierto” (1993), ya tienen una pista para situarse ante ese cine australiano que busca la rareza y los contrastes fuertes entre ambientes, géneros y personajes diferentes. No menos chocante, e incluso extravagante resulta “The Dressmaker”, con la que vuelven a la actividad fílmica tras un largo silencio la pareja artística y sentimental formada por Jocelyn Moorhouse y P.J. Hogan, con el segundo colaborando en el guion que ha escrito y dirigido ella.

Ha sido la encargada de adaptar la novela original de Rosalie Ham, que protagoniza Kate Winslet derrochando glamour en un pase de modelos de los años 50, que incluluye el ya mítico “palabra de honor” negro de Rita Hayworth. Encarna a un diseñadora de alta costura que deja París y la moda para regresar al poblado del desierto australiano en el que nació, y del que tuvo que salir a la fuerza al verse implicada en un hecho violento. Su estilo refinado sobresale en un lugar polvoriento convertido en un decadente recucto de los tiempos de los pioneros, pero lo que le mueve en su vuelta es el ánimo de venganza contra sus viejos paisanos.