El grupo Halcones de la Libertad de Kurdistán (TAK) asumió ayer el atentado que provocó la muerte de 35 personas y más de 120 heridos en Ankara el pasado domingo. En la reivindicación anunció más ataques «allá donde el poder turco se sienta más seguro». Los TAK señalaron que se trató de una respuesta a las operaciones llevadas a cabo por el Ejército y la Policía en varias ciudades de Kurdistán, que han causado decenas de muertos bajo prolongados toques de queda, y confirmaron al identidad de la atacante, la joven Seher Cagla Demir. «Esta acción ha sido para vengar a los 300 kurdos muertos en Cizre», afimó el grupo, que lamentó «las pérdidas civiles que no tienen nada que ver con la guerra sucia llevada a cabo por el Estado fascista turco».

En su comunicado, indicó que el ataque se dirigió contra una comisaría de Policía cercana. Los Halcones ya habían reivindicado un atentado suicida contra autobuses que transportaban personal militar el pasado 29 de febrero, con 29 muertos.

El PKK desmiente toda relación con los TAK, pero las autoridades kurdas lo consideran un grupo-cobertura para algunas de sus acciones.

Ante el temor a más atentados, Alemania cerró ayer su Embajada en Ankara, su consulado general en Estambul y sus institutos en ambas ciudades. El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, afirmó que «informaciones que tomamos muy en serio sugieren que están previstos ataques contra nuestras representaciones diplomáticas en Turquía».

Por otra parte, el Gobierno turco ha pedido que el Parlamento levante la inmunidad parlamentaria de los diputados del prokurdo HDP, de los que sugirió que «apoyan a los terroristas», a la vez que la Policía llevó a cabo redadas deteniendo a abogados, académicos y electos que han criticado su ofensiva en Kurdistán. Además, Ankara ha prohibido la celebración del año nuevo kurdo, la fiesta nacional del Newroz, el 21 de marzo, en varias ciudades.