Marruecos decidió finalmente no cumplir con su amenaza «tras una petición de miembros del Consejo de Seguridad» y mantendrá a sus más de 2.300 efectivos repartidos en las misiones de paz de la ONU en Costa de Marfil, la República Democrática del Congo y la República Centroafricana, señaló ayer su ministro de Exteriores, Salahedín Mezuar.

Rabat sí hará efectivas las otras dos medidas «irrevocables» anunciadas en el contexto de la crisis desatada tras la visita de Ban Ki-moon a los campamentos de refugiados saharauis: la reducción del componente civil de la misión de la ONU en el Sahara Occidental (Minurso) y el abandono de la financiación «voluntaria» que ofrecía a esa misión, unos tres millones de dólares anuales.

Además, estudia «otras medidas» que dependerán de «cómo se trate la cuestión en el Consejo de Seguridad», reunido ayer.

Rabat comunicó ayer que quiere que 84 trabajadores civiles de ONU y de la Unión Africana que trabajan en la Minurso salgan del territorio en tres días.

El representante del Frente Polisario ante la ONU, Ahmed Bujari, advirtió del peligro de que se reanude la guerra en el Sahara Occidental si se pone fin a la misión de la ONU.