Iñaki LEKUONA
Periodista

Al trantrán

Dieciséis años después de que el gobierno de Miguel Sanz decidiera desenganchar su vagón de la Eurorregión, Nafarroa se acopla a un tren que ha tenido al proyecto ferroviario de alta velocidad como uno de sus ejes de actuación, además de la cultura o el turismo. La institución transfronteriza original a tres ya está por tanto sobre los raíles pero habrá que definir a dónde se dirige, entre otras cosas porque uno de los socios ha cambiado de fisonomía y anda aún sin nombre definitivo.

Y es que tras la cirugía territorial impulsada por Hollande, la nueva región Aquitania-Limousin-Poitou-Charentes, del tamaño de Austria y sin ninguna identidad propia, busca una denominación que colgar del cartel de su estación, que eso sí, se ubicará en Burdeos. Las apuestas colocan como favorita a la opción “Gran Aquitania”, más que nada porque de las tres regiones fusionadas la locomotora es la aquitana. Pero en el país de Voltaire todo está por ver.

Burdeos quedará a la misma distancia de Ipar Euskal Herria, muy lejos, casi tanto como esa Eurorregión cuya sede está en Hendaia. Porque a pesar de que se han puesto en marcha numerosas iniciativas para borrar el efecto frontera, no es menos cierto que aquí la velocidad en proyectos como por ejemplo el tram-train Baiona-Donostia es más bien baja. No vamos ni al trantrán.