Libro, cedé y deuvedé grabado en directo en Buenos Aires en agosto del año pasado forman el “paquete” que celebra el 29 aniversario de Reincidentes. Utilizamos la palabra paquete porque lo que han lanzado en autoproducción no es el clásico disco-libro, sino un proyecto editorial de envergadura: libro de 200 páginas prolijo en textos y grafismo, más deuvedé en directo, el correspondiente audio más extras y otro cedé con seis canciones nuevas y 20 minutos de punk y rock and roll que no renuncian a la marca sonora Reincidentes. De hecho, resulta curioso que los sevillanos aún mantengan enganches sonoros con La Polla Records, por ejemplo, de sus primeros discos, con la obvia distancia en sonido y habilidad musical, que han pasado tres décadas.

Para el puñado de “avanzados” una progresión solo técnica reflejará trasnoche, incapacidad para adecuarse a los tiempos nuevos. Para nosotros, y para la gran mayoría de reincidentes que les siguen, que se mantengan fieles en estilo e ideología solo puede suponer coherencia y fortaleza. No sucumbir a los manjares de la estética y la modernidad vacua.

En realidad, resulta reconfortante y hasta nostálgico escucharles. Es un sentimiento parecido al “por favor, que no cambien”. En especial si aún son capaces de componer canciones como “Váyanse a la mierda”, donde un posible ideario popular de hace cincuenta, treinta o veinte años sigue vigente: “Somos bolcheviques y bolivarianos. Hablan de populismo si gritas que queremos igualdad. Le llaman fanatismo a la vehemencia y no docilidad. Dicen que es pragmatismo toda su locura liberal y siempre es lo mismo, viven como dios y se la suda la miseria (...) Váyanse a la mierda, dejen de robarnos, queremos democracia y en el culo ser un grano”.

Cuenta Ángel del Río, un granadino que en 1989 se fue a estudiar a Sevilla Antropología cultural, que en los pasillos de la vieja facultad de Geografía e Historia se encontró con Fernando Madina, voz, composición y guitarra de Reincidentes, y Manuel J. Pizarro, batería, que estudiaban Historia Contemporánea y de América respectivamente, y que de inmediato hicieron piña en mil proyectos. Del Río explica que un día estando en la librería Bakaky de Granada, especializada en temática alternativa y libertaria, nuestra DDT aquí, que se topó con “El estado de las cosas de Kortatu. Lucha, fiesta y guerra sucia”. Lo habló con Manuel y le dijo que había que hacer algo como eso. Y “eso” es “Awkan”, que en mapuche significa rebelarse, pero sin ser lo mismo. La idea es parecida, pero la estructura cambia, pues Reincidentes están activos en el libro con pensamientos y reflexiones, más otras firmas, junto con el relato de Ángel del Río como eje troncal. No, no es una biografía.

Escritos de nivel, salud ideológica y coherencia caminan por cada página. De paso, recuerdan su intensa relación con Euskal Herria a lo largo de los años y la enorme referencia que supuso para ellos en todos los sentidos. Desenmascaran a Felipe González y todos sus años de poder, a la iglesia y... a la derecha. Y, además, el directo y las nuevas canciones: seis himnos admirables.

Reincidentes son una familia y un estilo. En disco o en directo, grandes e imprescindibles.