Joseba VIVANCO

GARCÍA DE LOZA, LA POLICÍA... Y EL HÉROE DE SAN MAMÉS

El árbitro no persiguió a un equipo, persiguió a un pueblo». Manolo Sarabia no se mordió la lengua a la finalización de un partido que acabó como el rosario de la Aurora, invasión de campo, policías nacionales persiguiendo porra en mano a enfurecidos aficionados, fuerzas del orden corriendo a refugiarse en el túnel de vestuarios delante de esos mismos encendidos hinchas, incidentes que luego se trasladaron a las calles aledañas a San Mamés, el trencilla del encuentro y espoleta de todo el follón huyendo escoltado con nocturnidad del estadio, el club bilbaino interponiendo una denuncia contra el colegiado como el responsable del desaguisado, el Athletic que caía 1-2 ante el Barcelona y se quedaba en puertas de una final de Copa... Y en la memoria colectiva, los eternos segundos de aquel chaval de azul que bandera rojiblanca en mano se recorrió la banda izquierda de Misericordia a Ingenieros, como ningún carrilero en la historia de los leones lo había hecho antes, sorteando a cuantos defensores de la ley le salían a cortarle el paso jaleado por más de 34.000 gargantas. Fue una triste noche la del 9 de abril de 1986, hace hoy 30 años.

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Pedro Aurtenetxe era entonces presidente de la entidad rojiblanca. «Cuando me enteré de que era García de Loza el colegiado del partido le pedí –a José Plaza, presidente del Comité de Árbitros– que reconsiderara su decisión». Pero nada. El trencilla gallego, un exhibicionista del silbo durante sus trece años de profesión, que ya pitó una polémica semifinal de Copa anterior entre Athletic y Real Madrid, se plantó en San Mamés para dirimir el billete a la final, tras el 1-0 que el Barça de un abucheado Schuster se traía del Camp Nou. Todo acabaría en el primer cierre de la historia del estadio bilbaino. No sólo validó un gol del alemán tras un claro placaje de varios jugadores culés en el área pequeña a Andoni Zubizarreta, sino que dejó sin pitar al menos dos penaltis en el área visitante y enfureció a la grada con sus controvertidas decisiones y desplantes. Tanto que, a pesar del vallado que separaba césped y grada, una pena máxima no señalada a Urtubi en el minuto 87 derivó en que desde el fondo norte saltaran al campo algunos aficionados con ánimo de llegar hasta el árbitro, siendo contenidos por los propios jugadores bilbainos. El chiflido final, con los jugadores azulgranas huyendo hacia vestuarios, dio paso a la invasión de campo posterior, la ulterior irrupción de decenas de miembros de la Policía Nacional y la después refrescante imagen, en aquellos tiempos, de éstos buscando refugio bajo una lluvia de objetos e improperios.

«caza al león»

¿El resultado? Que el Athletic cayó eliminado, San Mamés castigado, los jugadores Dani y De Andrés sancionados por sus palabras a García de Loza, lamentable espectáculo... Juan Carlos Latxaga, en ‘‘Egin’’, que objetivamente achacaba a que el Athletic perdió «víctima de errores ajenos y de los suyos propios», hablaba de que «la actuación de García de Loza fue sencillamente desastrosa (...) todo el mundo le conoce desde el que le designó hasta el que aceptó mansamente». José Mari Mujika, en ‘‘La Gaceta del Norte’’, titulaba su crónica ‘‘La increíble caza al león y los suyos’’ y no tenía reparo en hablar de que «el Athletic ha sido descaradamente atracado por un árbitro que se vistió de azulgrana», de que sentía «pena por el comportamiento de un sector del público» pero «un escalofrío y algo más por la desproporcionada y durísima respuesta de la Policía Nacional». Por su parte, Paco Crespo, en ‘‘El Correo Español’’, exclamaba «¡Qué verguenza!», sosteniendo que «ni cien penaltis como el que ignoró García de Loza justifican la deplorable actuación de decenas de cafres», asumiendo también que «la actuación de la policía pudo añadir confusionismo y encrespar los ánimos».

Visiones, matices, por no citar las crónicas de diarios como el ‘‘ABC’’, con gritos como «muerte a España» o «ETA mátalos», acusando a quiene saltaron al campo de aprovecharse para «realizar una hiriente manifestación separatista» contra los, indicaba, 400 efectivos policias desplegados en el campo. Según este diario, fueron detenidas durante la noche 22 personas, «cuya mayoria tenía síntomas de encontrarse alcholizados y drogados».

Una semifinal copera que pasó a los anales de la historia del club rojiblanco por lo que aconteció, sobre todo en lo extradeportivo. En la memoria colectiva, aquel chaval, rojiblanca en mano, convertido en héroe anónimo de San Mamés y hasta de un pueblo; en el olvido, García de Loza, «patrimonio gallego y español», se jactaba hace poco el hoy concejal del PP en Santiago de Compostela.