Con solo seis jornadas por delante, la relevancia de cada partido crece en esta recta final del campeonato. Alegría o tropiezo, su importancia se multiplica, con el margen de error cada vez más reducido.

Y así afronta su choque el Oiartzun, encargado de abrir la 24ª jornada ante el Oviedo Moderno en Ugaldetxo (16.30). Un partido importantísimo porque puede certificar la permanencia de las guipuzcoanas, si no de forma matemática, sí virtual. En caso de victoria, el equipo de Jon Alkorta ampliará a trece puntos su ventaja sobre el cuadro asturiano, penúltimo clasificado, y salvo sorpresa se situaría con 15 sobre el colista Collerense, que recibe al Barcelona, con solo cinco jornadas por delante. De hecho, lo más probable es que un tropiezo tampoco tenga excesivas consecuencias pero, con el calendario tan complicado que se le viene encima de aquí al final, el Oiartzun prefiere sellar cuanto antes la tranquilidad. Lo intentará sin Nerea Abancens, sancionada.

Mañana llega el turno del Athletic, que tampoco tiene demasiada opción al tropiezo, con un solo punto de ventaja sobre el Barcelona. Las rojiblancas, que recuperan a Maite Lizaso y Vanesa Gimbert, visitan a un Espanyol (11.45, BeIn Sport) en plena pelea por la octava plaza.

La situación más tranquila es, obviamente, la de la Real, con su histórica cuarta plaza prácticamente asegurada. Pero las donostiarras quieren seguir progresando, con las miras puestas ya en el próximo torneo copero, e intentarán derrotar esta vez al UDG (Zubieta, 11.30). Con «vendetta» de por medio, tras la contundente derrota recibida en la primera vuelta.