Mikel CHAMIZO
CLÁSICA

El futuro del director titular, a prueba

Este era el primer programa dirigido por Jun Märkl tras conocerse que abandonará la titularidad de la Orquesta de Euskadi al final de la próxima temporada. Es imposible no especular sobre las causas de que el “entrenador” de la OSE vaya a tener una andadura tan corta en nuestras tierras, sobre todo porque ayer mismo saltaron a la prensa detalles que dejan adivinar desavenencias entre Märkl y el director general de la orquesta, Oriol Roch. Esperemos que el caso no termine como aquel rosario de la aurora que se montó cuando a Iñigo Alberdi –predecesor de Roch en el cargo y responsable de seleccionar a Märkl– le tocó disolver la doble titularidad que Germán Ormazabal había dado a Gilbert Varga y Mario Venzago. Las transiciones en las orquestas pueden ser espinosas.

Algunas voces han señalado que en los últimos meses Märkl parece haberse relajado. El alemán rubricó conciertos magníficos en los inicios de su relación con la OSE, como aquella “Sexta” de Mahler de 2013 o algún concierto con músicas francesas. Y es cierto que el programa vienés que ha abordado esta semana, con el “Concierto para violín” de Berg y la “Sinfonía nº4” de Mahler, ha estado lejos de transitar más allá de la corrección. La orquesta sonó bien, todo estaba más o menos en su sitio, pero las versiones carecieron de la lectura poderosamente personal a la que invitan estas músicas repletas de sentidos.