El ISIS lleva su guerra al corazón de la Siria alauíta en Tartus y en Yabla
El ISIS llevó ayer su indiscriminada y sangrienta campaña de atentados a la Siria costera y poblada por la minoría alauíta, principal sostén de Damasco. Hasta 150 personas fueron masacradas en Tartús y en Yabla, hasta ayer prácticamente indemnes tras 5 años de guerra.

La de ayer fue la jornada de atentados más mortífera de los últimos 30 años contra la población de los bastiones alauítas, comunidad minoritaria a la que pertenece el clan de los al-Assad, así como buena parte de la élite política, militar y económica siria. Los atentados, reivindicados por el Estado Islámico, dejaron un saldo de entre 78 fallecidos (fuentes oficiales) y 145, según el recuento ofrecido por el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
El ISIS eligió sus objetivos en Tartus y en Yabla, respectivamente sedes de la base marítima y del aeropuerto militar del Ejército ruso, que apuntala a las fuerzas sirias lealistas.
En Tartus, un coche bomba estalló en el exterior de una estación de autobuses. Poco después, y entre escenas de pánico, dos kamikazes hacían explotar sus cinturones explosivos en el interior de la estación.
«Es la primera vez que se escuchan explosiones en Tartus y se ven muertos y cuerpos desmembrados», señaló Chadi Osmane, empleado de banca desde el lugar de los atentados.
Un cuarto de hora después, se registraron varias explosiones simultáneas en Yabla, 60 kilómetros al norte, en otra estación de autobuses, en las proximidades de la Direccción General de Electricidad y en dos hospitales.
«En el hospital nacional, un kamikaze se ha hecho explotar en el servicio de urgencias, mientras que en el hospital Al-Assad un coche bomba explotó en el acceso al centro.
«Es la primera vez que Tartus es atrapada por la guerra (...) He visto desde mi ventana a la gente huir aterrorizada, las tiendas han cerrado y la ciudad está totalmente vacía», contaba Merhi a la agencia AFP. El modus operandi es el de Al Qaeda, el que ha hecho suyo el ISIS. Este grupo no tiene presencia en la costa siria. Por contra, el Frente al-Nosra, filial siria de la red fundada por Bin Laden, combate al régimen en Lataquia.
Los de ayer son los atentados más mortíferos en la región desde los del 16 de abril de 1986, cuando una serie de bombas mataron a 144 personas en Tartus y pueblos aledaños. Damasco acusó a los Hermanos Musulmanes, apoyados por el finado líder iraquí Saddam Hussein.
Daraya, una espina clavada para Damasco
Bombas y hambre, promesas de pan y amnistía, el palo y la zanahoria... el régimen sirio ha ensayado todo para someter a la rebelde villa de Daraya, su bestia negra cerca de Damasco. Hasta ahora en vano.
Conocida por sus deliciosas uvas, esta localidad fue pionera en las protestas contra Bashar al-Assad y una de las primeras en ser sitiada desde 2012.
Pese a las peticiones de la ONU y de organizaciones de derechos humanos, el régimen se niega a dejar que entre ayuda, aunque lo ha autorizado en otras localidades en virtud del frágil alto el fuego vigente desde el 27 de febrero. No hay que olvidar que la localidad está a 15 minutos en coche del centro de Damasco y está cerca de la base aérea de Mazzé, que alberga los temidos servicios de inteligencia del Ejército del Aire y su terrible prisión.
Los opositores Comités Locales de Coordinación informan de crecientes combates en los alrededores de la villa y la web prorrégimen Al-Masdar anuncia una vasta operación de asalto en los próximos días GARA

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