Joseba VIVANCO
GRUPO B

Un gol en el descuento aleja la psicosis del «Brexit»

Vardy y Sturridge salieron al rescate inglés tras el tanto de Gareth Bale.

INGLATERRA 2

GALES 1


Tal día como el de ayer, pero de 1960, se estrenaba un clásico como ‘‘Psicosis’’, de Alfred Hitchcock, que no es sinónimo sino de la sensación que aterrorizó a la selección de Inglaterra durante demasiados minutos del partido que le enfrentaba a Gales, hasta que Roy Hodgson, al que la corbata le apretaba ya el gaznate, encontró a Vardy y después a Sturridge. Remontaron los Pross por empuje en el descuento, esa tierra de nadie que un venido arriba comentarista de la televisión francesa describió tras el segundo gol inglés como «goal in Payet time», en clara referencia al tanto de los Bleus en la prolongación el día antes.

«Jugamos por la camiseta y por el dragón», había enarbolado Gareth Bale el día antes. Gales, que hace tan solo seis años languidecía en el puesto 112 del ranking FIFA e Inglaterra era 6º, competían ahora bajo el sol de Lens de igual a igual. Rivalidad futbolística e histórica, imposible de disociar desde que Eduardo I invadiera suelo galés en el siglo XIII. Como se dirigió en su discurso el antiguo jugador de rugby Phil Bennett, antes de un partido contra el vecino en 1977, «mirad lo que esos bastardos han hecho a Gales. Se llevaron nuestro carbón, nuestro agua y nuestro hierro. Compraron nuestras casas y solo viven en ellas un par de semanas al año. ¿Qué nos han dado? Absolutamente nada», arengó a los suyos en los vestuarios del Cardiff Arms Park.

La víspera del choque de ayer no faltaron los cruces de declaraciones, canalizadas todas ellas hacia el seco y lento césped una vez que el balón echó a rodar. Inglaterra con el mismo once que ante Rusia, Sterling pudo encarrilar el choque al poco de comenzar pero falló de manera clamorosa. Era el preludio de lo poco o nada que iban a jugar los ingleses ante un rival bien pertrechado atrás y que se encomendó al primer y único disparo entre los tres palos, el de Gareth Bale –lo único que hizo–, desde Cardiff, un libre directo que se tragó Hart, el portero del City al que Pep Guardiola ya busca sustituto.

Inglaterra, previsible y anulada, se veía con la soga al cuello y Hodgson tiró tras el descanso de Vardy y Sturridge, los dos que se iban a reivindicar y de paso aflojarle el nudo. Mientras los ingleses entonaban el ‘Good save the Queen’ y sus rivales en la grada respondían «England is coming home», Inglaterra volvía a ‘invadir’ terreno galés, sin demasiado criterio hasta que el goleador del Leicester aprovechó un mal despeje y cazó el empate. Locura en los Three Lions, que se desató cuando con ya cuatro delanteros puros en liza y los galeses aferrados al empate, apareció Daniel Sturridge cual Norman Bates tras la cortina para asestar una puñalada mortal al dragón en el minuto 91. Un gol in extremis que aleja los fantasmas ingleses del Brexit en esta Eurocopa, mientras que la Gales de Bale mantiene vivas sus esperanzas de seguir escribiendo su propia historia.