POLONIA-PORTUGAL

La ferviente hinchada polaca entona cada partido «Biało-czerwone to barwy niezwyciężone! Polska, biało-czerwoni, Polska, biało-czerwoni!» (¡Blanco y rojo, esos colores son invencibles! Polonia, blanco y rojo, Polonia, blanco y rojo!), en tanto la fiel afición portuguesa canta «As saudades que eu já tinha. Da minha alegre casinha. Tão modesta quanto eu» (La ‘morriña’ que yo tenía, por mi alegre casa, con lo modesto que soy). Polacos y lusos abren los cuartos de final de la Eurocopa en un duelo sin un favorito claro, sobre todo porque no hay una superioridad manifiesta de ninguno de los dos, ambos han superado los octavos con apuros y sin suficiencia ante suizos y croatas, y quién sabe si los detalles puntuales pueden decantar la balanza, cuando no ¡ojo! la prórroga o los lanzamientos de penalti.

El colectivo frente a la individualidad. Así se simplifica este choque de invitados inesperados que sueñan con dar la campanada y plantarse en la final con el permiso en semifinales de Gales o Bélgica. El potencial de Polonia radica en su solidez defensiva, con un solo gol en contra, el golazo del suizo Shaqiri, y esa pareja de titanes al corte en el eje llamados Pazdan y Glik. Todo lo contrario de una Portugal que ha evidenciado problemas atrás, para fiarlo todo a la inspiración de Nani, Ronaldo o, como ante Croacia, su gran amigo Quaresma, y eso que el último pase les sigue costando.

En ataque también está teniendo dificultades Polonia, con su figura Lewansdowski aún inédito cara al gol y su pareja Milik que ha prometido más de lo que ha dado. La mujer del primero, Anna Lewandowska, está también en Francia en parte por su profesión de dietista, aleccionando a los dos delanteros, entre otros. Parece que quien más obediente está siendo a sus consejos es el mediocampista del Sevilla y parece que próximo fichaje del PSG de Unai Emery, Grzegorz Krychowiak, auténtico líder del grupo en esta Eurocopa y que ante los suizos en octavos solo falló un pase y fue en el minuto 96.

Uno apostaría porque serán los centroeuropeos los que lleven el peso del partido mientras los lusos esperen a golpear. Quién sabe si Lewandowski destapará su tarro de las esencias, si será el Ronaldo del doblete a Hungría el que luzca, o si surge un Blaszczykowski o un Quaresma para dar la estocada. Los primeros quieren brindar con una botella de wódka y los segundos no volver ‘a minha casinha’.