Tinkoff vivió ayer las dos caras del ciclismo al ganar la segunda etapa con final en el alto de Cherbourg con Peter Sagan, que además logró el liderato, pero perder casi todas las opciones a la victoria final de Alberto Contador, que volvió a caerse y perdió 48 segundos en meta, donde dijo que tiene las dos piernas y el hombro derecho tocados.

El madrileño reconocía en la salida que apenas había podido dormir como consecuencia de las secuelas de la caída del sábado y, por si fuera poco su malestar, ayer se agravó al verse implicado en una montonera. No tuvo problemas para volver al pelotón, pero el gesto de resignación tras levantarse del suelo y el tiempo perdido en la meta demostraron que estaba mermado física y mentalmente.

Tinkoff no quiso trabajar pese a tener al principal candidato para la victoria de etapa, pero en la subida final de tres kilómetros Kreuziger sí lo hizo para Sagan, que se impuso con autoridad a Alaphilippe y Valverde en el sprint de un grupo de 25 corredores en el que Landa fue el único vasco. Entraron juntos todos los favoritos menos Nibali y Pinot, que perdieron once segundos, Contador, que cedió 48, y Richie Porte, que llegó a 1:45 tras detenerse a falta de cinco kilómetros para la meta tras sufrir un pinchazo sin que ningún compañero le prestara su rueda ni se detuviera para esperarle.

Fueron varios los derrotados y Peter Sagan el gran vencedor al sumar su quinto triunfo de etapa en el Tour tras dos años sin poder ganar. Además vistió el maillot amarillo y el verde, que probablemente lucirá hasta el final por quinta edición consecutiva. El eslovaco no solo ha dejado su vitola de segundón, también la maldición del arcoiris en un año en el que ha ganado Flandes, Gante-Wevelgem, y dos etapas en Suiza y California.

Stuyven lo tuvo cerca

Peter Sagan logró la victoria que ya acariciaba el corredor llamado a recoger el testigo de Cancellara, Jasper Stuyven. El ganador de una etapa de la pasada Vuelta y de la Kuurne de este año fue el más fuerte de una escapada que compartió con Breen (Fortuneo) y los Bora Benedetti y Paul Voss, que intentó defender el maillot de la montaña que al final le arrebató el corredor del Trek.

No lo celebró en el podio porque durante muchos kilómetros se vio como ganador de la etapa y con el amarillo porque ningún equipo quería trabajar para anular la fuga. Dimension Data encabezó el pelotón para justificar que llevaba el líder, pero sin una voluntad de cazar porque era consciente de que Cavendish no podía mantenerlo.

Solo en los últimos 40 kilómetros, cuando la renta no bajaba de los seis minutos, empezaron a tirar IAM y Direct Energie y esa iniciativa, la dureza del último puerto y la batalla de los equipos para entrar en cabeza en los kilómetros finales provocaron que Stuyven fuera superado en el último repecho.

Los sprinters tendrán hoy su segunda oportunidad con una tercera etapa de 223 kilómetros entre Granville y Angers que solo presenta una cota de cuarta en su parte inicial.

Un comienzo impropio de un ganador del Tour

Alberto Contador, el aspirante a los puestos de honor con más experiencia, ha tenido un inicio impropio de un corredor acostumbrado a correr en cabeza para evitar las caídas, primera clave para ganar todas las grandes vueltas que figuran en su palmarés. A pesar de llevar un equipo fuerte para apoyarle en las etapas de llano, iba sin compañeros cuando se cayó solo en una curva que no presentaba tanta dificultad en la primera etapa y ayer volvió a ser el único favorito que se fue al suelo. Queda mucho Tour, Contador es un corredor que ha acostumbrado siempre a vender caras sus derrotas, pero cuando se empieza un Tour cruzado es muy difícil darle la vuelta. Ayer llegaron por delante suyo sesenta corredores. En el Tour no es fácil recuperarse. Hoy tiene 223 kilómetros y la tensión volverá a ser grande, el miércoles hay una etapa de media montaña y el viernes llegan los Pirineos... J.I.